Plataforma: PC
Género: FPS
Año: 2002
Desarrolladora(s): Incorrigable Games
Textos: Inglés
El once de septiembre del 2001, alrededor del mundo nos desayunábamos con imágenes tomadas a ojo de águila de dos jets comerciales impactando contra Las Torres Gemelas, en pleno World Trade Center.
En Argentina no eramos pocos los que recién conocíamos al condenado lugar, y mirábamos con expectación el morbo desatado hasta la caída de la torre Norte. Las horas se transformaron en días y el asco se ponía como epicentro de un circo de tres pistas: por un lado el Gobierno Americano prometiendo venganza, por el otro la búsqueda de heridos y varias recapitulaciones de los hechos, y en un tercer lugar los chicos de Al-Qaeda adjudicándose el ataque. Pocos temas tuvieron tanta trascendencia como el golpe terrorista (y «a la libertad» como decían en los colegios bonaerenses) y de nada mas se hablaba en esos oscuros días de primavera austral.
En un intento mas de solidarizarnos con la causa americana (¿alguien nos preguntó siquiera si pensábamos que Osama y su segito tenían la razón?... no, no lo pensábamos pero tampoco se nos dejó saber) se nos obligó -a punta de amenazas de suspensión y citaciones con los padres- a empapelar la escuela con cientos de mediocres trabajos de investigación acerca de lo que fue el gran Centro Mundial de Comercio -y que con sus estructuras demolidas de poco importaban-. Así comenzó una semana que mi mente siempre recordará como el periodo en que la educación dio paso al servilismo y en que la bandera Argentina voló a media asta para respetar a quien la había apuñalado por la espalda solo diecinueve años atrás.
En los Estados Unidos la gente estaba peligrosamente dolida y exaltada (jamás habían sido atacados en su propio territorio desde que la alarma «Brutish are comming!» sonó en aquellos nebulosos días de la independencia), y mientras los militares americanos se repartían Afganistán de la misma manera que sus pares Alemanes se habían divido Rusia antes de vencerla (e irónicamente con el mismo resultado), un grupo de jóvenes yankiess preparaban su propia venganza personal. Los dientes de la vida tienen forma puntiaguda y a estos les gusta la carne.
El mundo es oportunista, es tonto pensar de otra manera. Y en Estados Unidos había gente dispuesta a lucrar con el dolor de sus compatriotas; en medio de los obuses que estaban ya al caer y de los escombros sepultando por igual a árabes y americanos, uniéndolos en la muerte, una poco conocida empresa de software americana se estaba preparando para cotizar la sangre de seres humanos a los que jamás habían visto.
Incorrigable Games sacó, a principios del 2002, un título llamado Al-Qaeda Hunting 3D. El precio de su obra era de veinte dolares y en su página web brillaban por todo el lugar insignias patrióticas que harían ver al Tio Sam como un hippie fumador de pipa y amante de la paz.
En el desaparecido sitio de IG se discriminaba al otrora honorable pueblo Afgano con la misma frecuencia y facilidad con que se yerraban palabras del inglés mas básico. La gente de esta empresa ni siquiera había perdido el tiempo en hacer su sitio mas presentable, pero si que habían invertido grandes cantidades del mismo en resaltar -una y mil veces- que su juego era «100% pro-americano» y que «mostraba lo que en realidad ocurría en la cuna del mal medio oriente. Tampoco tenían reparos en declarar que si tenías un problema con eso entonces debías ser tolerante un terrorista islámico. Otra cosa que se molestaron en convocar, es que una parte del dinero generado por AQH3D sería donado a las victimas del 9-11... si esto alguna vez ocurrió, nadie parece tener constancia de ello.
Hace dos días me senté en mi PC a tomar gaseosa y a bájame el juego por mera curiosidad científica (procurando que la etiqueta miré derecho a la webcam, «soy aliado, soy aliado»). Ni bien terminé de «deleitarme» con las imágenes in-game que se sucedían durante la instalación, de instalar el juego en mi disco rígido y de empezar poner los dedos sobre las teclas, sonaron dos alarmas en mi maquina. La primera me indicó que no podía encontrar el archivo, así que tuve que ir al directorio raíz y ejecutar el juego desde allí (ni siquiera empecé y ya tiene un strike contra el inventito)... después de fracasar en mi intento de ejecutar el juego a causa de mi funesta placa de vídeo, pude prestar atención al segundo error, que se había puesto de fondo... archivo infectado, great.
Tras un reinicio y una eliminación de virus, bajé el archivo de otra fuente, con un idéntico resultado (solo que esta vez no estaba contaminado), así que me lo lleve en mi llave USB a dar un esquizofrénico paseo por cada una de mis maquinas: en la Netbook no funcionó, tampoco en la vieja de escritorio; pero en la Notebook mas vetusta si lo hizo (y es que tiene una genial placa de vídeo, ahí instalo todos mis juegos nuevos). El juego funcionó sin mayores tropiezos, aunque hubiera deseado que no lo hiciese.
ALQH3D comienza de la forma mas atípica, rara y retorcida que he visto en mucho tiempo... simplemente empujando al jugador a un conjunto cavernoso que me recuerda poderosamente a mis primeros intentos de modelado en QME. Tras un «intenso» paseo (de quizá tres minutos) nos encontramos ante, la que probablemente sea, la pieza mas íconica de todo el juego; allí, junto a una lampara, y bajo un librero que parece sacado de Alone in the Dark III, hay libro amarillento -escrito en inglés- con las palabras «Death to America - Jihad!» en su portada... si eso no es prueba suficiente de que en IG solamente querían hacer algo rápido y mal... pues estoy un poco asustado de decir que hay mas... mucho mas.
Al no existir menúes ni ninguna otra clase de interacción con esta monstruosidad, no podemos apagar la música (que es una sinfonía del infierno) o hacer virtualmente nada mas que jugar o salir.
Los enemigos están tan mal diseñados que llegan a ser ridículos... son solo un montón de capas agregadas a un esqueleto humano en 3D... a medio hacer. Algunos guerrilleros no tienen la misma longitud en ambas piernas, mientras que otros visten vaqueros, por ejemplo. El juego es tan pero tan nazi sobre algunos aspectos, que hace una parodia de si mismo.
No solo el mencionado librito (que está al tope de mi lista de «objetos bizarros que me he cruzado en un videojuego»), no solo la M-16 y la AK-47 (que son la misma arma, con el mismo sonido pero pintada diferente), no solo la única voz que tienen los soldados de Al-Qaeda (exclamando la misma cosa una y otra vez)... no, el premio mayor se lo lleva el propio Osama en persona... el líder de los terroristas parece estar hecho en Lego (o Minecraft), se mueve con la gracia y agilidad de Frankenstein y apenas puede hacer algo contra nosotros... así de mal lo representaron.
Y bueno, ahora hablando un poco mas técnicamente diré que Al-Qaeda Hunting 3D dura solo DOS NIVELES (tomen nota: dos niveles a veinte doláres... de hecho, suena ofertoso de alguna mórbida manera); A su vez los enemigos aciertan el 100% de los tiros sobre el jugador, y (de una forma algo compensadora), este puede atravesar virtualmente cualquier objeto con solo acercarse lo suficiente a el... pero esos son detalles menores, hay cosas realmente importantes que hacer en el juego.
Durante el primer nivel debemos encontrar los planos de «La Bomba Sucia» de Osama, (y luego de ser felicitados efusivamente por ello) debemos dispararle en el segundo... y eso es todo, quedamos en el Limbo a la espera de un «helicóptero» que jamás llegará (pero podemos pasearnos a nuestro antojo y en solitario hasta que nos dignemos a apretar ESC y salir a Windows).
Una vez terminado el juego, 9/10 de que no querrás volver a él... y es que no tiene ningún valor de re-juego. De hecho, me siento mal por la gente que lo compró en su momento de la forma mas solidaria y desinteresada posible.
El siguiente paso es fácil -y hasta automático- para cualquier gamer: Inicio---> ALQH3D ---> Uninstall.
En conclusión: Este es uno de los peores Indie Games que haya probado... no, ni siquiera eso, porque a este juego lo vendieron por una descarada suma... bueno, es uno de los peores juegos comerciales de todos los tiempos; pero para reírse o curiosear un rato todavía sirve; Así que seguí mi consejo: instalalo, jugá, borralo, olvidá.
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