martes, 19 de agosto de 2014

Dune II: The Building of a Dynasty (1992, DOS)


Plataforma: PC
Género: RTS
Año: 1992
Desarrolladora(s): Westwood Studios
Textos: Inglés



Hace un largo y felizmente olvidado tiempo, en casa instalábamos nuestra primera conexión a internet; un amorfo armatoste que se arrastraba por la barra de carga con la misma malicia que recargaba la cuenta de teléfono con su chirriante sinfonía de 56k. Dicha conexión era servida por uno de los tantos impresentables «servidores gratuitos» que pululaban por la tele, la radio, los diarios y el café de las seis y media. En mi caso fue la tristemente celebre Fullzero.

A través de sus escasas redes pude conocer el cibermundo y darme el gusto con los cientos de nombres que había anotado por años en un bloc de notas alimentando mayormente por Nivel X. Así llegué a este sitio, pero esa es otra historia. Lo que quiero remarcar es que, en ocasiones, las propias limitaciones del servidor nos obligaban a buscar alternativas de lo que inicialmente veníamos a buscar. Dune II fue, en una ocasión, mi «alternativa».

Yo iba a descargar originalmente el Command and Conquer, un juego de la misma compañía, digno de cualquier colección pero infinitamente mas famoso. Sinceramente lo que me inclinó la balanza hacía su «hermano mayor» fueron los 15 megabytes de peso del primero, los que me tendrían ocupando la linea por mas de una hora en excelentes condiciones. Sencillamente no podía permitirme ese gasto (literalmente).

Dune II fue el primer RTS de la historia... o al menos el primero en hacer bien el trabajo. Al igual que todos los juegos de la serie, este está basado en las exitosas novelas homónimas de Frank Herbert. De poco sirve hablar de una secuela, ya que poco comparte con su antecesor (el cual fue un excelente juego de aventura con toques de rol). Y si bien lo iniciado por este prematuro titulo de Westwood no alcanzó para iniciar la movida hacia este nuevo genero, si que le agenció una buena base de seguidores. La revolución vendría mas tarde con el C&C, por lo que la del año de 1992 la inició el Wolfenstein 3D.

Comenzamos el juego eligiendo una facción de entre las tres disponibles (las viejas conocidas Atredies, Harkonnen y Ordos) y a partir de aquí comienza nuestra cruzada para llevarla hacía la victoria. Pero la decisión es mucho mas que estética, ya que cada una de ellas tendrá unidades y habilidades únicas; particularmente me encanta el hecho de que sean tres los lados en combatir, eso añade mucha estrategia a la formula, ya que de otra forma estaríamos apaleando o siendo apaleados por el rival de turno sin piedad; pero habiendo dos mas (uno de los cuales siempre tendrá ventaja sobre nosotros) el juego nos fuerza a planificar nuestra estrategia de una forma mucho mas cuidada.

Los Atredies cuentan con una alianza con los habitantes de Arrakis, los cuales les otorgarán ayuda militar siempre que se pueda; los Ordos han generado mejor tecnología de combate y los Harkonnen se especializan en armas poderosas por lo que la elección depende única y exclusivamente del tipo de juego que deseemos llevar.

Las primeras campañas son de un nivel introductorio, y normalmente consisten en cosechar una cierta cantidad de Especia (el recurso mas valioso de Dune) y construir una pequeña base armada para asegurar territorio. Sin embargo, conforme el juego avanza se nos asignarán objetivos de mayor envergadura, tales como destruir las bases enemigas o colonizar nuevos territorios. Como es clásico en esta clase de juegos, a medida que vayamos mejorando se nos habilitarán mas y mejores unidades y edificaciones para la lucha en las candentes arenas especiales. No solo son alicientes espectaculares para continuar jugando (y los necesitaremos, Dune II es bastante difícil) sino que además valen la espera... nada como bombardear a la Casa que nos estuvo atacando por dos o tres niveles con nuestro recién adquirido lanza misiles :)

Construir es una parte vital en este juego (obviamente) y tiene su truco -y además alberga en si el mayor defecto de este titulo-. Primero que nada: no podemos construir directamente en las arenas de Arrakis porque nuestras edificaciones se debilitarán y derruirán con gran facilidad, por lo que debemos continuamente sentar bases de concreto para ellas. El otro problema es que solo podemos tener 25 unidades en todo momento (no sé que estaba pensando Westwood al incluir tan risible limitación al jugador) por lo que el número de ellas que realmente pueden salir a combatir al enemigo se mantiene desesperadamente bajo... igual, los gamers de esa época eramos poco menos que ingenieros informáticos y en poco tiempo alguien había encontrado la forma de eliminar esta restricción de una forma fácil y rápida.

El otro problema que tiene Dune (aunque no le es propio, sino del jugador) es algo que me gusta llamar «el encajonamiento». Básicamente dicta que si hemos sido lo suficientemente estúpidos como para bloquear una construcción con otra, esta quedará inutilizable hasta que hayamos eliminado el bloqueo... nada -y repito NADA- es mas frustrante que enterarnos que la cosechadora no puede regresar porque hemos obstruido la ruta de entrada a la refinería.

La unidad mas importante que debemos construir y operar en Dune es la cosechadora, ella es la encargada de generarnos dinero para poder seguir construyendo, además durante los primeros niveles es irreemplazable, por lo que debemos escoltarla bien, ya que es un blanco prioridad 1 (lo mismo aplica para las del enemigo). Junto a la cosechadora se encuentra la refinería, que es, a efectos prácticos, la encargada de cambiar la especia por Dinero («Créditos»). Ya que las primera misiones consisten en llevar determinado cargamento de especia a las arcas de nuestra Casa, es conveniente experimentar con las facultades y resistencias de edificación y vehículo aquí mismo... donde el juego no está lo suficientemente avanzado como para penalizar las payasadas.

Inmediatamente debajo del binomio especiero en nuestra lista de utilidad llega el complejo cazavientos; este extraño edificio será el encargado de convertir la energía eólica en energía eléctrica, por lo que debemos construir bastantes de estos y asegurarnos de mantenerlos en buen estado para poder seguir construyendo con tranquilidad. Los cazavientos son reparables, reemplazables y multiplicables pero también son débiles, así que hay que cuidarlos como oro.

La tercera construcción mas importante de la que dispondremos es el centro de radar, «nuestros ojos mas allá de los ojos» en Arrakis. Su uso es bastante simple, pero su consumo energético es elevado por lo que hay que mantenerlo seguro y alejado para que no quedarnos sin el. No solo nos ayuda a vislumbrar futuros ataques enemigos con precisión, sino que rastrea a cualquier cosa que se mueva en su rango de acción permitiéndonos seguir un patrón que finalmente puede recompensarnos.

No voy a ponerme a analizar a fondo el resto de las construcciones de Dune II porque... bueno, primero que nada que eso le quita atractivo al juego (y al análisis) y segundo porque no tengo seguro para dedos... («Un pulgar no es un dedo, diría el Dr Hibbert»). En fin, cuando vean una nueva tecnología habilitada, edifiquenla mesuradamente y si les convence (y pueden permitírselo) sigan construyéndola y expriman todo su potencial. Solo una advertencia: ustedes DEBEN priorizar las construcciones militares, así que primero hagan una fortaleza armada y luego materialicen sus fantasías edilicias.

Como el juego tiene una importante carrera armamentística entre manos, algunas unidades quedarán irremediablemente obsoletas al estar habilitadas sus nuevas versiones, PERO, esto no evita que podamos seguir construyendo las viejas, por lo que el balance económico no debería ser realmente un problema si hemos jugado y acopiado bien. Eso si, el solo poder seleccionar de una unidad a la vez puede sacar de quicio a mas de uno y oscurecer lo divertido del asunto pero, no deben dejar que esto les haga mella... es solo cuestión de acostumbrarse.

Para terminar diré que la música es excelente (y prueba de esto es que se han ido publicando sucesivamente parches para preservarla) y los gráficos están a la altura del gran juego que es. Las animaciones son un poco toscas pero están muy «limpias» y la jugabilidad (salvo por una pifia o dos) es muy buena también.

Como dato extra me gustaría señalar que este juego fue portado a otras plataformas de la época, incluida la Sega Genesis. Ahora bien, yo ODIARÍA jugar este magnifico juego en aquella grandiosa consola con los controles normales (por suerte existía el periférico mouse, pero imagínense por un segundo construir con el D-Pad).







En conclusión: Este es el «padre» todos los juegos de estrategia en tiempo real que existen hoy en día... y esto se nota, pero aún así es tan divertido y adictivo que cualquiera debería probarlo. No en vano tiene la reputación que tiene ni ha soportado el paso del tiempo de la manera que lo ha hecho... el solo dato de que exista gente aún hoy modificando el juego y creando patches y demás para el debe, sin lugar a duda, decirte algo. Recomendado.

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