miércoles, 20 de agosto de 2014

Road Rash 3: Tour de Force (1995, Génesis)


Plataforma: Genesis
Género: Acción/Carreras
Año: 1995
Desarrolladora(s): Electronic Arts.
Textos: Inglés



Road Rash 3 es una de las joyas de la liberaría de la Sega Genesis. La saga entera cuenta con miles de adeptos aquí y en los otros tantos sistemas donde estuvo presente, pero fue esta tercera parte la que pegó fuerte y atrajo hacía si un gran numero de jugadores.

Este juego fue uno de los que mas entraba en mis Segas (solo detrás del mítico International Super Star Soccer Deluxe, que no necesita presentación), lo alquilé fin de semana por medio durante todo el año de 1997, hasta que al año siguiente decidimos comprarlo -era un juego popular y muchas veces no estaba disponible- y a partir de allí se armaron legendarios torneos en casa de hasta cinco jugadores, con amigos y familia.

El juego consiste en una serie de atípicas carreras de motos a lo largo de varios lugares del mundo (como Brasil, Japón, Alemania, el Reino Unido y Kenya entre otros) y el objetivo de las mismas es clasificar en cada una de las pistas del nivel -cinco en total- entre los primeros tres. Para lograrlo hay que ser realmente rápido pero también inescrupuloso ya que podemos -y de hecho debemos- atacar a los otros competidores con nuestras manos y las armas que les sustraemos con el objetivo de aventajarlos. Hay mucha variedad en estas armas y van de lo mas básico como bates y cadenas hasta bombas de basura y creo recordar que picanas eléctricas (ambas con un numero limitado de usos).

Los malignos rivales no son de lo único que tenemos que cuidarnos en nuestras andanzas, ya que el trafico neutral nos llevará puestos en cada ocasión en curvas, rectas e intersecciones por igual si nos descuidamos, y por supuesto que la policía también andará por ahí para complicar las cosas con sus autos, motos y helicópteros (aunque a los polis en moto si les podemos hacer Fight-Back ;=) ). Es tan fácil -y extrañamente divertido- perder en este juego que lo hace a uno -o a quienes estén viéndolo- reírse en al menos una ocasión... hay que ser de piedra para no hacerlo. Incluso si nos cuidamos de la policía y los conductores podemos terminar chocando contra las señalizaciones, resbalándonos en aceite o estampandonos contra las construcciones y el ganado del camino o sus alrededores. También podemos encontrar rampas o troncos para saltar a los costados del camino y arrollar a los animales mas pequeños y a todos los peatones (y si nos caímos de la moto podemos darles piñas hasta derribarlos, aunque cuesta valioso tiempo (lo vale para oír sus gritos)). La cantidad de veces que una curva mal tomada, un animal salvaje, la policía o un coche en un cruce me costaron una carrera sacarían de escala las calculadoras de la NASA pero lo vale, y mucho.

Podemos mejorar y blindar nuestra moto con el efectivo obtenido entre las carreras o comprar una mejor si tenemos el dinero. Las hay de tres clases: Rat Bikes (que son las de peor calidad y duran como mucho dos niveles), Sport Bikes (calidad media, para los niveles dos y tres) y Super Bikes (que son, como era obvio, las mejores de todas, aunque su belleza no se aprecia en el nivel cinco). Si la barra de energía de la moto se acaba durante la carrera al volver a ella explotaremos (o podemos terminar la carrera a pie, lo cual toma para siempre y no es digno, además hay muchas chances de ser arrestado) y perderemos la carrera y algo de dinero «de los bomberos».

Luego de cada carrera (y dependiendo del resultado) observaremos una animación acorde que puede ir desde lo mas glorioso a lo terriblemente humillante, y tendremos una charla de alguno de nuestros rivales (la mayor parte del tiempo burlándose de nosotros o prometiendo venganza). Antes y después de cada competición lo mejor es desviarse un poco para arrollar al fulano de la bandera a cuadros. Impagable.

No sé muy bien que es lo que hace al RR3 tan adictivo, y quizá sea justamente eso lo que lo hace tan grande. Ciertamente la música es uno de sus puntos mas fuertes, escuchar ese Rock ´n´ Roll de 16 bits en cada inicio y luego las melodías ambientales de cada carrera lo ponen a uno en el humor correcto para darle y re darle hasta reventar el transformador. La única pega que le encuentro es que suena demasiado baja en comparación a los efectos de sonido, pero que esta buena, está buena.

Los gráficos por otro lado, son todos bastante simplongos, la mayoría de ellos en colores primarios y sin hacer gala de una gran paleta gráfica pero sin embargo están muy bien dibujados y los fondos compensan mucho esto. La sensación de hacer algo diferente realmente ocurre a pesar de solo tratarse de efectos lumínicos y objetos miscelaneos varios.

La jugabilidad está bastante bien ajustada a los saltos y a los giros que daremos; hay un botón para acelerar, otro para frenar (que junta polvo a lo loco) y el tercero para golpear con los puños o el arma que tengamos seleccionada. La moto se comporta muy bien y solo dan ganas de hundir el acelerador, el problema es que no siempre reacciona a tiempo el control de giro y terminaremos deformando carteles con la cara.

Además de jugar singleplayer podemos hacer: 1 vs 2 y 1 y 2 vs la maquina (en pantalla dividida o «splitscreen»). En estos modos podemos elegir el nivel y el armamento que poseeremos durante la competición así como la pista que jugaremos. Un bonús mas que interesante. Por lo demás también podemos customizar nuestro jugador (al nombrarlo) o ingresar passwords desde el menú «opciones» donde podremos, por ejemplo, obtener la mejor moto en nivel 1 (masacre).



En conclusión: Muy poco queda por agregar, lo mas probable es que ni mires la carrera y te dediques a deshacer cráneos, pero aún así lo disfrutarás mucho. Recomendado!

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