Road Rash 3: Tour de Force (1995, Génesis)
Plataforma: Genesis
Género: Acción/Carreras
Año: 1995
Desarrolladora(s): Electronic Arts.
Textos: Inglés
Road Rash 3 es una de las joyas de la liberaría de la Sega Genesis. La
saga entera cuenta con miles de adeptos aquí y en los otros tantos
sistemas donde estuvo presente, pero fue esta tercera parte la que pegó
fuerte y atrajo hacía si un gran numero de jugadores.
Este juego fue uno de los que mas entraba en mis Segas (solo detrás del
mítico International Super Star Soccer Deluxe, que no necesita
presentación), lo alquilé fin de semana por medio durante todo el año de
1997, hasta que al año siguiente decidimos comprarlo -era un juego
popular y muchas veces no estaba disponible- y a partir de allí se
armaron legendarios torneos en casa de hasta cinco jugadores, con amigos
y familia.
El juego consiste en una serie de atípicas carreras de motos a lo largo
de varios lugares del mundo (como Brasil, Japón, Alemania, el Reino
Unido y Kenya entre otros) y el objetivo de las mismas es clasificar en
cada una de las pistas del nivel -cinco en total- entre los primeros
tres. Para lograrlo hay que ser realmente rápido pero también
inescrupuloso ya que podemos -y de hecho debemos- atacar a los otros
competidores con nuestras manos y las armas que les sustraemos con el
objetivo de aventajarlos. Hay mucha variedad en estas armas y van de lo
mas básico como bates y cadenas hasta bombas de basura y creo recordar
que picanas eléctricas (ambas con un numero limitado de usos).
Los malignos rivales no son de lo único que tenemos que cuidarnos en
nuestras andanzas, ya que el trafico neutral nos llevará puestos en cada
ocasión en curvas, rectas e intersecciones por igual si nos
descuidamos, y por supuesto que la policía también andará por ahí para
complicar las cosas con sus autos, motos y helicópteros (aunque a los
polis en moto si les podemos hacer Fight-Back ;=) ). Es tan fácil -y
extrañamente divertido- perder en este juego que lo hace a uno -o a
quienes estén viéndolo- reírse en al menos una ocasión... hay que ser de
piedra para no hacerlo. Incluso si nos cuidamos de la policía y los
conductores podemos terminar chocando contra las señalizaciones,
resbalándonos en aceite o estampandonos contra las construcciones y el
ganado del camino o sus alrededores. También podemos encontrar rampas o
troncos para saltar a los costados del camino y arrollar a los animales
mas pequeños y a todos los peatones (y si nos caímos de la moto podemos
darles piñas hasta derribarlos, aunque cuesta valioso tiempo (lo vale
para oír sus gritos)). La cantidad de veces que una curva mal tomada, un
animal salvaje, la policía o un coche en un cruce me costaron una
carrera sacarían de escala las calculadoras de la NASA pero lo vale, y
mucho.
Podemos mejorar y blindar nuestra moto con el efectivo obtenido entre
las carreras o comprar una mejor si tenemos el dinero. Las hay de tres
clases: Rat Bikes (que son las de peor calidad y duran como mucho dos niveles), Sport Bikes (calidad media, para los niveles dos y tres) y Super Bikes
(que son, como era obvio, las mejores de todas, aunque su belleza no se
aprecia en el nivel cinco). Si la barra de energía de la moto se acaba
durante la carrera al volver a ella explotaremos (o podemos terminar la
carrera a pie, lo cual toma para siempre y no es digno, además hay
muchas chances de ser arrestado) y perderemos la carrera y algo de
dinero «de los bomberos».
Luego de cada carrera (y dependiendo del resultado) observaremos una
animación acorde que puede ir desde lo mas glorioso a lo terriblemente
humillante, y tendremos una charla de alguno de nuestros rivales (la
mayor parte del tiempo burlándose de nosotros o prometiendo venganza).
Antes y después de cada competición lo mejor es desviarse un poco para
arrollar al fulano de la bandera a cuadros. Impagable.
No sé muy bien que es lo que hace al RR3 tan adictivo, y quizá sea
justamente eso lo que lo hace tan grande. Ciertamente la música es uno
de sus puntos mas fuertes, escuchar ese Rock ´n´ Roll de 16 bits en cada
inicio y luego las melodías ambientales de cada carrera lo ponen a uno
en el humor correcto para darle y re darle hasta reventar el
transformador. La única pega que le encuentro es que suena demasiado
baja en comparación a los efectos de sonido, pero que esta buena, está
buena.
Los gráficos por otro lado, son todos bastante simplongos, la mayoría de
ellos en colores primarios y sin hacer gala de una gran paleta gráfica
pero sin embargo están muy bien dibujados y los fondos compensan mucho
esto. La sensación de hacer algo diferente realmente ocurre a pesar de
solo tratarse de efectos lumínicos y objetos miscelaneos varios.
La jugabilidad está bastante bien ajustada a los saltos y a los giros
que daremos; hay un botón para acelerar, otro para frenar (que junta
polvo a lo loco) y el tercero para golpear con los puños o el arma que
tengamos seleccionada. La moto se comporta muy bien y solo dan ganas de
hundir el acelerador, el problema es que no siempre reacciona a tiempo
el control de giro y terminaremos deformando carteles con la cara.
Además de jugar singleplayer podemos hacer: 1 vs 2 y 1 y 2 vs la maquina
(en pantalla dividida o «splitscreen»). En estos modos podemos elegir
el nivel y el armamento que poseeremos durante la competición así como
la pista que jugaremos. Un bonús mas que interesante. Por lo demás
también podemos customizar nuestro jugador (al nombrarlo) o ingresar
passwords desde el menú «opciones» donde podremos, por ejemplo, obtener
la mejor moto en nivel 1 (masacre).
En conclusión: Muy poco queda por agregar, lo mas probable es que
ni mires la carrera y te dediques a deshacer cráneos, pero aún así lo
disfrutarás mucho. Recomendado!
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