miércoles, 5 de noviembre de 2014

Perfect Dark (2000, GBC)


Plataforma: Gameboy Color
Género: Acción
Año: 2000
Desarrolladora(s): Rareware
Textos: Multi



Cuando uno escucha el nombre «Perfect Dark» seguramente piense en la versión del mismo para Nintendo 64. No es para menos, ya que ese fue uno de los títulos más icónicos de aquella plataforma (por más que tenga alguna arista más que criticable -como requerir obligatoriamente de un Expansion Pak, y funcionar como DEMO en caso de no disponer de el-). Fue sin duda un juego revolucionario en su momento, que se basó en sus propias reglas y tomó inspiración de muchos lados, pero cuidando de no parecerse demasiado a nadie.

El resultado fue algo así como alucinante (para esa época) y sus posteriores versiones terminaron de asentar la idea... este programa desarrollado por Rare es de aquellos que parecen requerir de máquinas ridículamente poderosas para funcionar, y por ello es que encontrarse con este -simple en apariencia- puerto para Gameboy Color resulta simplemente fascinante.

Muy a pesar de la máquina en la que se basa, este es un juego sorprendentemente complejo y tremendamente realizado. Inicia de una forma bastante chapucera, con las típicas imágenes pixeladas que poco muestran y mucho dejan a la imaginación... pero entonces, cuando ya estamos en el gameplay real, es cuando podemos realmente apreciar de lo que está hecho. De alguna manera el equipo de Rare logró insertar una terrible cantidad de data en los diminutos confines de un cartucho de GBC. Y es por ello que podemos -por ejemplo- contar con un título multilenguaje que además está narrado en inglés (aunque leer textos en un idioma mientras se los oye en otro es increíblemente confuso). La verdad que el juego es casi una hazaña tecnológica.

Bien, como mencioné en el párrafo anterior, este es un juego inmenso en sus limitaciones y es por ello que estoy seguro que a algunos les hará gracia saber que la misión de tutorial se extiende por CINCO niveles, y que esta asentará las bases para el resto del juego de una forma más o menos coherente. Con todo, tengo que mencionar que aveces se siente realmente estúpido este diseño, ya que el juego hace un genuino intento de enseñarnos todo lo que tenemos que aprender en la tremenda longitud de su «escuela», pero aún así nos sigue mostrando cosas bastante avanzado en el mismo... lo cual es malo porque -a diferencia del mencionado curso intensivo- acá los errores cuestan, y normalmente se nos envía a la acción sin ceremonias. He muerto infinidad de veces simplemente luchando por entender que es lo que se me pedía hacer.

Naturalmente los diseñadores no podían replicar un FPS en la modesta Gameboy Color, pero lograron ser bastante fieles a la idea original de todas formas, creando un universo que mezcla los estilos de overhead y shooter horizontal que la verdad da gusto recorrer. Oh, el título SI tiene algunas escenas 100% FPS, pero están allí solo para agregar variedad (algo que a este título le encanta y yo agradezco). La mayoría del tiempo deberemos abrirnos paso luchando ante una tremenda variedad de enemigos en clásica moda de los 90s, haciendo uso de una gran agilidad ya vista en títulos como DooM (es simplemente divertido «danzar» al ritmo de las balas que esquivamos) pero en otras oportunidades deberemos de tomarnos el trabajo un poco más enserio, haciendo acopio de la técnica del sigilo. Liquidar a un adversario de un solo tiro a quemarropas es difícil, pero vaya que también lo es satisfactorio. En adición a todo aquello, también tendremos que «hackear» terminales de ordenador y desactivar sistemas de vigilancia y armamento (por más que esto no entrañe mayor dificultad que de hecho encontrar los puntos de acceso -luego de eso, el proceso es automático-).

Algo que me encanta (y en lo que pienso que el equipo desarrollador realmente se lució) es que el juego realmente te hace sentir solo tras las líneas enemigas, porque muy a pesar de que el arma principal tiene munición ilimitada, esta tarda mucho en disparar, por lo que deberemos tomarnos nuestro tiempo para escabullirnos tras los enemigos y ponerlos fuera de circulación en la menor cantidad de disparos posibles. Esto hace que encontrar nuevas armas sea un aliciente importante, y que rastrear los cuerpos de los enemigos caídos en busca de suministros sea, a su vez, monumentalmente importante. Es simplemente horrible cuando matás a algún solitario guardia solo para descubrir que no llevaba nada encima... vos NO querés volver a la pistola inicial una vez que descubriste lo destructivas que las demás armas pueden ser. En adición a todo aquello, toca mencionar que el juego es verdaderamente tacaño con los botiquines, por lo que cada movimiento cuenta. Como comprenderán, aquello vuelve a este título de Rare no solamente divertido, sino que además verdaderamente estimulante.

También ayuda en demasía a la inmersión que los enemigos gritan por un médico cuando están heridos y huyen hacía posiciones más defendibles cuando resultan embocados. Otra cosa que realmente suma más atmósfera en este título es que los oponentes tienen fuego amigo entre si, es tanto gracioso como útil cuando uno baja al otro (pero desgraciadamente estas situaciones son más la excepción que la regla). No obstante, deberé decir que son unos adversarios realmente eficientes y que aprender a usar el sigilo es, en ocasiones, la única forma de sortearlos; entrar en una habitación custodiada por al menos dos de ellos se prueba una hazaña difícil de superar, y muchas veces deberemos simplemente hacer locuras con el fin de aniquilarlos. Me gusta aquello.

Pero si hay algo que NO me gusta es el jefe del operativo. Sus transmisiones ocurren en bajo número, si, pero tampoco es que digan mucho... uno simplemente necesita más información (y a él no le interesa). Otras veces el maldito llamará sólo para informarnos que nos faltan objetivos que cumplir (como sino lo supiéramos). Es terriblemente odioso por la simple razón de que estas transmisiones interrumpen el gameplay (sucediendo en sus propias pantallas). La gente encargada de este título hizo muchas cosas bien, pero esta no es una de ellas.

Las misiones son un tema interesante de hecho: la mayoría de ellas toman lugar en locaciones realmente grandes, y requieren de usar tanto el cerebro como la fuerza. En el nivel del tutorial (por ejemplo) nuestros objetivos se dividen entre hacer prácticas de tiro, desactivar una bomba por medio de hack, y rescatar a unos rehenes. Pero aquello no es tan simple como parece, ya que muchas de estas ubicaciones estarán bloqueadas por cerraduras electrónicas (muy parecidas a una especie de letal Simon Says) y deberemos luchar nuestro camino para alcanzarlas. En otras andaremos en medio de la jungla eliminando guerrilleros y deberemos cruzar ríos y demás obstáculos naturales para poder progresar en la historia (y aquí solo estoy rallando la superficie del programa). Muchos niveles tienen también sus propios enemigos (por más que solo sean sprites diferentes). La verdad que estoy honestamente sorprendido con estos escenarios.

Y ya que tanto les hablé de la variedad, será mejor que empiece a comentarla. Este es un título que realmente te daba algo por tu dinero en aquella época, ya que no solo cuenta con un gameplay sólido y una generosa cantidad de escenas de corte, sino que además mezcla varios tipos de juego en uno solo. No solo tenemos el básico modo de shooter/overhead, sino que además contamos con varias escenas estilo FPS (muy parecidas en su construcción a las del Gotcha! The Sport de NES) e incluso una interesante secuencia abordo de un tanque (que nosotros controlamos) vista desde arriba -tan llena de acción que la pobre consola no puede con ella y se ralentiza fatalmente-. Además de todo aquello, se cuanta aquí con una interesante lógica balística... es simplemente una experiencia el coser a tiros a un enemigo con una sola ráfaga de UZI o -mejor aún- verlo volar por los aires al ritmo de escopeta (hasta agonizan!).

Lo último que quiero comentar es que el sistema de control es muy funcional: disparamos con la «B» y recargamos con la «A», mientras que el botón «Start» trae el menú, y revisamos los cuerpos con «Select». Además de aquello, podemos correr con simplemente mantener apretado el D-Pad en la dirección deseada. Buen trabajo.

Pasemos ahora al obligado resumen técnico.

Partiendo de la base de que este es un juego de Gameboy Color, naturalmente los gráficos no son gran cosa, pero esto no los hace malos por la única razón de que la animación si lo es. No solo los personajes se mueven con una interesante desenvoltura, sino que además existe una enorme cantidad de cuadros para cada movimiento realizado (quiero decir... VEMOS un rigor mortis). Quizá el juego sea vómito visualmente, pero vaya que se mueve bien.

Me gustaría poder decir algo de la música pero... creo que, fuera de la pantalla de título, esta realmente no existe. He dado toneladas de pasos en el limbo sonoro (lo cual no deja de ser irónico, porque todo el resto del juego construye una tremenda atmósfera).

Los efectos de sonido no son la gran cosa (casi pitidos electrónicos). Pero, si algo, las voces digitales se escuchan realmente bien.






En conclusión: Perfect Dark para Gameboy Color es un juego engañoso: seguramente a muchos les causará la impresión de que se trata de un desesperado puerto del título original, pero la verdad que se vale por si mismo. Es realmente divertido, y, muy a pesar de que tenga partes cuestionables o subdesarrolladas, acaba resultando igualmente toda una experiencia. Recomendado!

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