martes, 16 de febrero de 2016

Narc (1990, NES)

(Texto de Domingo H)


Plataforma: NES
Género: Acción
Año: 1990
Desarolladora(s): Rare, Ltd., publicado por Acclaim Entertainment, Inc.
Textos: Inglés

Los que tenemos cierta edad recordamos a Rare como la más importante -y única-
aliada de Nintendo en la época de los 32/64 bits, con juegos como 007 Golden-
Eye, Banjo-Kazooie y Donkey Kong 64. Los que tienen cierta más edad que noso-
tros la recuerdan como mercenaria de Acclaim, LJN, Tradewest y otras en los
días del NES, responsable de Who Framed Roger Rabbit, A Nightmare on Elm
Street, Wizards & Warriors y otros lanzamientos perfectamente dispensables, an-
tes de cobrar nueva fama con Battletoads y su dificultad infernal. Los que tie-
nen más edad que los que tienen más edad que nosotros la recuerdan cuando se
llamaba "Ultimate Play the Game" y hacían juegos de ZX Spectrum cuya dificultad
deja al Battletoads al lado de un juego de Barbie. Narc pertenece al segundo
grupo, y además es una rareza de rarezas en la consola para la que salió; una
conversión de arcade que supera al juego original (por muy, muy poco, y tampoco
para tirar cohetes).

El diseñador del juego original es Eugene Jarvis, un señor que parece tener
ciertas tendencias genocidas no diagnosticadas. Sus juegos más famosos tienen
que ver con la aniquilación total de grandes números de seres humanos o simila-
res, ya sea de parte del jugador (Smash TV), de parte de los enemigos
(Defender) o ambos (Robotron: 2084). Con Narc, la verdad no sé qué le pasó como
para meter la pata a ese nivel. Veremos de qué hablo.
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El año: 1997. El enemigo: las drogas. Los Estados Unidos de América se encuen-
tran a merced del siniestro Mr. Big, líder de la más grande organización terro-
rista y de tráfico de drogas del mundo (no, no es el de Moonwalker). La NO
(Narcotics Opposition en inglés), dirigida por Spencer Williams, ha tenido su-
ficiente de todos los drogadictos, vendedores y traficantes que andan sueltos
por las calles y ha decidido poner fin a su plaga. Para evitar atraer la aten-
ción, solo han mandado a sus dos mejores agentes antinarcóticos o "narcs": Max
Force (azul, jugador 1) y Hit Man (rojo, jugador 2). Armados con rifles de a-
salto, cohetes explosivos y un Porsche 911 Turbo Carrera de color rojo armado y
acorazado, su (tu) misión es simple; exterminar a Mr. Big y a los suyos de la
faz de la tierra. Buena suerte y que Dios te bendiga.
No, no es en serio; es una sátira de las políticas anti-drogas del gobierno de
Ronald Reagan. La seriedad en sus juegos ultraviolentos nunca fue el estilo de
Midway (el arcade está atribuido a Williams, pero Williams era parte de Midway
en ese entonces) y ciertamente nunca ha sido el de Jarvis. En su momento, sin
embargo, fue tomado completamente en serio y algunos se horrorizaron ante su
violencia excesiva, mientras que otros alabaron el "digno" mensaje moral que
"intentaba" transmitir.

La jugabilidad es una mezcla entre un shooter y un beat 'em up. Los niveles son
escenarios largos en línea recta con posibilidad de moverse hacia arriba o ha-
cia abajo. Por todos los lados vienen enemigos que atacan de varias formas; a
disparos, a puñaladas, lanzando dinamita, lanzando jeringas hipodérmicas como
si fueran dardos... y tienes tres opciones para lidiar con ellos. Una es tocar-
los por unos momentos para "arrestarlos", lo cual al final del nivel te otorga
puntos adicionales (y necesitas todos los que puedas). La segunda es fusilar-
los, con lo que sueltan dinero lavado y bolsitas con droga que puedes confis-
car, con el mismo propósito que los arrestos; pero cuidado, pues algunos enemi-
gos no pueden ser arrestados bajo el pretexto de que no llevan droga ni dinero
encima. La tercera no otorga más premios que la satisfacción personal, y es vo-
larlos en pedazos con cohetes. Tu munición no es ilimitada y debes reponarla
agarrando las balas y cohetes que a veces sueltan los enemigos fusilados; tam-
bién es requerido agarrar tarjetas de colores que abren puertas secretas del
respectivo color (y que vas acumulando, para utilizarlas luego). También puedes
conducir el Narcmóvil (muy lentamente, ya que el nivel en el que aparece está
repleto de contenedores de basura puestos en hilera que lo destruyen completa-
mente al chocar con ellos), estallar helicópteros y evadir Cadillacs de color
rosa que quieren atropellarte.
Como no podía ser de otra forma en un juego de Midway, abunda el humor absurdo,
como al encontrarte negocios llamados "Hotel Le Snob" o moscas asesinas mutan-
tes gigantes (¡!) sobre las que debes saltar para eliminarlas, además del alu-
cinante encuentro final contra Mr. Big. Contrario a lo que afirma MobyGames, no
se censuró la muerte de los perros asesinos; tanto aquí como en el arcade se
convierten en cachorritos al dispararles. Es más; fuera de la ausencia de san-
gre, no se censuró la violencia para nada (y es que los censores de Nintendo
no siempre cumplían su trabajo al pie de la letra); pero lo que sí se censuró
fueron, irónicamente, todas las menciones y referencias a drogas. Las instruc-
ciones las llaman "contrabando", como en los viejos doblajes mexicanos que de-
cían "estupefacientes", "fármacos" o "sustancias", y la organización criminal
de Mr. Big se llama "KWAK" en vez de "KRAK", entre otras alteraciones leves.
También, el Narcmóvil tiene una placa que dice "¡Di NO o MUERE!" en el arcade y
"Solo di NO" en el NES.

El problema fundamental de Narc es que hay demasiados enemigos. A diferencia
de los nombrados Robotron y Smash TV, en donde los enemigos salen en grandes
cantidades pero se pueden ir destruyendo por oleadas, aquí en cada nivel hay
una sola oleada interminable que inunda la pantalla hasta que toda posibilidad
de atenderlos a todos al mismo tiempo queda eliminada. Al principio es emocio-
nante masacrar a hileras de ellos, pero al cabo rato te ves abrumado y terminas
por perder la ilusión. Pero debido a las limitaciones técnicas del NES, en la
versión doméstica no te pueden atacar tantos enemigos al mismo tiempo, y resul-
ta mucho más fácil encargarse de ellos y evadir sus ataques a la vez; además de
que resulta infinitamente más fácil también efectuar arrestos.
Permítanme darles un consejo: al principio de cada nivel, arresten a tantos e-
nemigos como sea posible; recomiendo un mínimo de treinta. Esto es porque los
arrestos valen mucho más que las muertes en el conteo final de cada nivel, y te
permiten hacer vidas extra más rápido (ganas una nueva cada 100000 puntos). En
Narc de NES, necesitas todas las vidas extra que puedas obtener, porque no dis-
pones de continues ni de ninguna otra forma de seguir jugando al morir por úl-
tima vez y debes pasarlo entero de una sentada. Es una característica que he
notado en los juegos de Acclaim que he jugado, la cual les resta mucha calidad
(ya son difíciles por sí solos, ¿qué sentido tiene ponerlos peores?) y en una
conversión de arcade cae especialmente mal.

No son los únicos problemas. Los controles tienen buena respuesta, pero tu per-
sonaje camina muy lentamente (más si es hacia arriba) y no es raro que le cues-
te esquivar ataques, además de lo eternos que se hacen ciertos niveles. Al per-
der una vida, el resto del daño que acabó con ella también lo sufre la nueva,
con lo que tu nueva vida empieza perdiendo parte de tu salud sin poder evitar-
lo (tampoco existe la invencibilidad breve tras ser herido); molesta mucho el
no poder estrenar una vida adicional sin que reciba daño inmerecido. Hay un ni-
vel donde confiscas macetas de hierba, pero algunas son explosivas y otras no,
y no se sabe cuál es cuál hasta no memorizarlo (creo); otra forma absurda de
ponerte peros para avanzar. Si se requiere tanta precaución para manejar un ca-
rro en un juego como éste, ¿para qué lo incluyen siquiera? Y el jefe final es
de los típicos de Midway que requieren ser golpeados en puntos débiles que no
te son revelados a la primera; aunque normalmente eso es algo bueno (te lleva a
pensar y razonar un poco cómo y dónde atacar), no es ideal cuando la munición
es limitada (e imposible de reponer una vez llegado tan lejos).

El aspecto audiovisual está bien; los gráficos cumplen su propósito y la música
es como de cine de acción, muy acorde con el escenario, con mucha percusión
-aunque se pierden los arreglos de guitarra-. Me molestan pequeños detalles en
los gráficos, como que la animación de tu personaje al caminar de lado a lado
es más fluida que en cualquier otra situación para cualquier otro personaje, o
que los helicópteros y Cadillacs rosa sean más pequeños que tú.


En Conclusiòn: Narc para NES es más recomendable que Narc para arcade, pero solo porque, por una vez, las limitaciones técnicas de la consola juegan a su favor. Por lo de más, viene acarreando ciertos defectos de su primo mayor. Solo recomendable si, al igual que yo, se compraron un NES usado que trajo este juego y no Contra o Super C. A falta de pan...

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