miércoles, 20 de agosto de 2014

Desert Falcon (1987, Atari 7800)


Plataforma: Atari 7800
Género: Shooter
Año: 1987
Desarrolladora(s): Atari
Textos: Inglés



Desert Falcon es comúnmente referido como uno de los grandes clásicos de la Atari 7800, y después de jugarlo por un par de niveles, realmente puedo ver por qué. Pero antes de entrar en detalles, creo que sería mejor sacar algo del camino, y esto es que el juego se siente y luce totalmente desfasado aún en su tiempo... quiero decir, este es un título de ocho bits, pero cualquier cosa en la Master System de SEGA, o la NES de Nintendo podía apalearlo sin piedad. A este programa de divertidas mecánicas simplemente le falta el refinamiento técnico que se esperaba de un exponente de la -en ese entonces- nueva era... y creo que eso acabó condenándole entre los compradores mas superficiales (junto a todos los demás cartuchos lanzados para esta plataforma). Es una lástima, porque a este pequeño shooter horizontal no le falta calidad, y de hecho se vuelve adictivo en segundos... pero de eso hablaré mas adelante.

De acuerdo, este título es muy divertido, y definitivamente enarbola la bandera de Atari como el mejor, pero desgraciadamente adolece de un gran defecto desde el mismísimo «vamos». En este juego de simples maneras tenemos un par de objetivos muy concretos a completar en orden de avanzar (idea sorprendentemente ambiciosa para lo que es la Atari 7800), pero esto lo hace un programa necesario de su manual. Vamos, me explico: ya en la primer misión, el mismo nos dice que debemos «recoger tres hieros» -palabra traducible del maorí como «templo»-, pero el juego no distingue esos objetos del resto de los que pululan por el escenario, haciendo que sea necesario detenerse por cada uno que aparezca en pantalla. Lejos de ser enojosa, la cuestión es solo molesta, porque estas «basílicas» son necesarias para vencer al jefe que cierra cada etapa. Digamos, entonces, que para poder jugar una partida de «Halcón Desértico» necesitás el manual, o una gran paciencia -al principio-; luego de ello, no obstante, el maldito se vuelve excelente.

Nosotros manejamos a un simpático Alcotán Africano, quien al parecer tiene una jurada y unipersonal guerra contra las esfinges egipcias. Recorremos el escenario mediante vuelo y caminata -genial el detallito- para recoger items que nos ayuden a enfrentar a nuestros enemigos (que dicho sea de paso, son muchos). Y justamente son los rivales los que hacen a este título tan único... ¿queres volar por lo alto para evitar las pirámides y otros obstáculos?, entonces tenes que tener cuidado con las temibles Alas-delta del Nilo que sirven a nuestros artesanales enemigos; ¿consideras entonces mas sabio el caminar por la arenosa inmensidad del Sahara? pues entonces es mejor que te cuides de los diabólicos escarabajos de arena que poblan ese lugar... o de las infames víboras cornudas, tan escurridizas como letales. Realmente, la variedad de enemigos (que aumenta con cada nuevo nivel) le da mucha personalidad a este juego, ya que con ellos no existe el camino «seguro», y hacen necesario el ir intercalando estrategias para superarles. Adicionalmente podemos volar a diferentes alturas, y andar a garra por la totalidad del mapa sin restricciones de ningún tipo.

Ahora bien, estoy en este momento en una especie de disyuntiva personal... ya que por un lado, tengo el fundado presentimiento de que este juego quiso ser mucho mas de lo que finalmente fue, y por alguna razón eso jamás sucedió. Quiero decir, sus mecánicas son, como poco, interesantes, el gameplay es fluido, y los controles una delicia... pero sin embargo, todo eso queda sepultado por estúpidas decisiones de diseño (siendo la mas notable, el cambio de esquema de pintura en los escenarios, en lugar de re-diseñarlos). Sinceramente no sé que pensar de esto... los diseñadores estuvieron cerca -¡muy cerca!- de crear un videojuego memorable, y terminaron conformándose con poco.

Y entonces... ¿que puedo decir de positivo en un juego en el que lo malo se disputa tan fieramente con lo bueno?. Definitivamente puedo comentar que las boss-fights que cierran cada etapa son divertidisimas, que el cambio constante de estrategias mencionado tres párrafos atrás condimenta muy bien la acción, y que el apartado técnico de este titulo -a cubrir nomás termine con esto- logró sorprenderme pesé a su notoria antigüedad. Y eso es mas o menos lo que pasa con este título, mezcla cosas feas, despulidas y mediocres, con auténticas genialidades en brutal demasía, por lo que el sabor de boca que le queda a uno nunca termina de ser dulce.

Pasemos ahora al obligado resumen técnico.

Los gráficos de Desert Falcon no son precisamente buenos, pero varios de sus efectos si que están adelantados a su tiempo; por instancia, la animación del halcón es muy buena, y la sombra que proyecta, lejos de ser una mancha ovalada con transparencia, se comporta de una forma muy realista. Aún así -y pese a esto- el agua no está animada, y las dunas del desierto que recorremos no generan sensación de movimiento alguna al aventajarlas. Las esfinges están, por otro lado, muy bien dibujadas y animadas.

En cuanto a la música... bien, existe una tonada arábiga que suena al principio de cada nivel... no se escucha mal de hecho, pero el caso es que no vuelve a aparecer (nisiquiera en forma de loop) por lo que es difícil siquiera valorarla como tal. Los efectos de sonido desnudan crudamente la capacidad de la máquina donde sirven, siendo todos joyas de una era pasada que no se adaptan nada bien a esta... beeps y poco mas que ellos. El apartado sonoro es totalmente anodino.






En conclusión: Desert Falcon es un muy divertido juego a su manera, y aunque estoy seguro que mas de uno lo descartará solo con verlo, recomiendo que lo prueben, ya que trae consigo no solo una muy entretenida experiencia, sino que además, vívidos recuerdos de aquella loca y divertida época en la que Atari iba a la cabeza.

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