miércoles, 20 de agosto de 2014

Sonic CD (1993, Sega CD)


Plataforma: SEGA CD
Género: Plataformas
Año: 1993
Desarrolladora(s): SEGA
Textos: Inglés



Uno de los tópicos mas comunes y recurrentes que uno podía escuchar durante la década del noventa era el de la clásica disputa de superioridad entre las maquinas de Nintendo y SEGA. La SNES y la Megadrive.

Estas plomizas discusiones basadas en la maquinación, abaladas por el consejo de «expertos» y llevadas a cabo por entusiastas «conocedores» resultaban a menudo muy divertidas de ver, pero eran una actividad gris y mentalmente agotadora para los participantes. Porque en el fondo eramos como venados, podíamos convivir en paz por largos periodos de tiempo, pero en determinado momento dos de ellos se enzarzarían en una lucha de cabezazos sin cuartel por defender las consolas que habían pagado (bueno, sus padres). Y es que el asunto era apenas un poquito menos denigrante que el fútbol del domingo o el capitaneo del equipo de Handball. Si.

Y claro, previsiblemente llegaba ese momento donde, a falta de un consenso -nunca lo ha habido, olvidenlo- , la pelea se resumía en repetir los mismos argumentos una y otra vez como loros con alzheimer (sin importar que estos fueran rebatidos) y concentrarse en lo dicho, y no en lo que era respondido. ¡Que épocas!.

Pero la realidad era que los detractores de Nintendo eramos un poco como el Ejército Alemán... la paliza era inevitable pero contábamos con una velocidad asombrosa y... bueno... a eso se resumía el poderío de la de carcasa negra, con lo que la consola de Nintendo superaba ampliamente a la nuestra; pero esa única ventaja que poseíamos se transformaba en algo infinitamente mas tangible de la mano de nuestra mascota: Sonic.

El cartucho del erizo azul era obligatorio para cualquiera que poseyera una Megadrive sin excepción. Muchos lo dejaban durmiendo en la consola o primorosamente en su caja, e incluso he conocido gente que guardaba un joystick especialmente para el (porque eran realmente resistentes). De muchas maneras era el juego que te hacía comprarle una maquina a SEGA, y por tanto, un bien intransferible (¿alguien lo prestó?).

Cuando el bichejo pasó al formato CD muchos quisimos encontrar la forma de saborearlo de esa manera... con nulo éxito, claro (la SEGA CD era una consola carisima). Y ahora que lo pienso, realmente hubiera valido la pena, ya que mas allá de la novedad, este es considerado el mejor Sonic jamás creado.

¿Y que tiene para ofrecer?. Bueno, gráficos de lado (obviamente eran superiores) el juego es en si una intensa aventura multicolor llena de todo aquello que hace grande a la mascota de SEGA.

Ni bien insertábamos el disco en nuestra flamante lectora, eramos saludados por uno de los mejores openings musicales que jamás he visto (si, estoy hablando de Sonic Boom) y podíamos apreciar los gráficos en todo su esplendor. Pero pasada la sorpresa inicial el juego no prometía mucho mas... solo otro Sonic pero adaptado a los gustos estéticos de la época. ¡NO!.

El titulo en si se parece bastante a sus predecesores, heredando de ellos la misma mecánica de juego; la novedad transcurre en que durante los niveles podemos intercalar entre el pasado, el presente y el futuro de los mismos. Esto significa que para terminar el juego de manera satisfactoria (se puede conseguir un final malo) debemos viajar al pasado y destruir a los secuaces de Robotnick. Hecho esto, aseguraremos un buen futuro para el área. Pero si visitamos primero el espacio ulterior podremos ver que tan negro e industrial se ha vuelto; con robots patrullando incesantemente el nivel y siendo mas fuertes; si caso contrario, arreglamos primero el pasado, entonces la cara futura será diametralmente opuesta, con menos enemigos y en mal estado. Encuentro fascinante el detalle, es como si el juego quisiera ser algo mas que un simple árcade/platformmer y se animara a incurrir en otros géneros como el Cyberpunk.

La otra forma de resolver positivamente el juego es mediante la recolección de las «Piedras del Tiempo» (el reemplazo para la ocasión de las Esmeraldas Cáos). Hacer esto naturalmente le quita mucho interés a la partida desde el punto de vista meritorio, aunque la verdad la idea me agrada porque, para ser justos, el futuro suele ser mas interesante que el pasado y poder recorrer a nuestro aire aquellos niveles sin preocuparnos por tener que regresar al ayer me parece una adición interesante.

La jugabilidad es (como en el resto de la saga) asombrosa. Nuestro insectívoro compañero se desplaza por el escenario con la misma gracia y velocidad a las que nos tiene acostumbraos, pero con el añadido de que se le programaron mayores movimientos y efectos para estos. Por ejemplo, en algunos momentos el entorno gira sobre si mismo para mostrar unos logrados efectos en 3D, y por supuesto nuestro personaje acompaña la acción realizando su propios movimientos tridimensionales. En otras circunstancias se materializa detrás de él una estela brillante, logrando un hermoso efecto lumínico. En fin, para no aburrirlos diré que la jugabilidad está bien condimentada y ofrece la cantidad justa de detalles, sin llegar a sentirse abrumadora.

Existe además una modalidad de juego llamada «Time Attack», que sirve para batir nuestros tiempos en los diferentes niveles que vayamos completando. Tiene su interés a la hora de marcar mejores puntajes, o hacer speedruns pero fuera de eso no le encuentro mayor utilidad. Es un lindo añadido, eso si.

De los gráficos no queda mucho por decir, son todos geniales y nos sumergen en un agradable mundo de colores vivos y efectos brillantes. Aunque me gustaría reclamar que se hizo poco por cambiar esto en el futuro distópico, ya que se supone que se haya sumergido en un estado anárquico, y sin embargo se sigue percibiendo demasiado azucarado e inocentón. Puedo llegar a comprender la lógica detrás de esto (es un juego para niños, y ni de lejos pretende llegar al grado de oscuridad propuesto por, digamos, Deus Ex), pero aun así no puedo evitar sentirme un poco desconcertado cada vez que lo juego.

La música se supone que es diferente en las versiones americana y japonesa del juego, siendo esta última un poco mas rítmica. Yo jugué a la edición occidental solamente, y el surtido de temas no me decepcionó para nada, aunque me faltaría escuchar la otra para terminar de decidir.

Los efectos de sonido son en su mayoría los clásicos de dieciséis bits, con alguna mejora debido a la capacidad CD del juego; los encuentro cumplidores sin llegar a destacar demasiado. También se agregaron voces para diferenciar los postes del pasado y futuro, no tienen mucho peso en el conjunto pero su presencia no pasa desapercibida.






En conclusión: Después de jugar al Sonic CD por largo rato puedo afirmar que la denominación del «mejor Sonic jamás hecho» es, cuanto mucho, debatible. El juego presenta unas excelentes cualidades técnicas, y su concepto es realmente interesante pero, al menos yo, prefiero la acción rápida y directa de sus antecesores. Ya que este, con sus viajes temporales, me resulta bastante mas cansino de lo que hubiera preferido. Aún así lo considero imprescindible para cualquier fanático de la saga.

Como curiosidad diré que existe una versión para Windows 95, con soporte para XP. Así que no hay excusa para no probarlo. Enjoy!

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