Plataforma: PC
Género: Puzzle/Platformer
Año: 1995
Desarrolladora(s): Sweatbox Animation
Textos: Danés
Voy a arrancar diciendo que yo amo todo lo referente a Jungledyret Hugo / Jungle Jack, ya que lo encuentro a él como un personaje carismático, y sus películas y serie de animación me parecen extremadamente divertidas. Además de ello, me gusta el como llegó a mis manos, ya que fue solamente una de tantas opciones disparadas al azar cuando pregunté en un foro sobre cartoons co-estelarizados por zorros (por lo que podía fácilmente haberlo ignorado, pero el maldito se vendió a si mismo bastante bien). Por todo ello, comprenderán que cuando me enteré que había un juego dedicado al personaje, naturalmente me puse un tanto ansioso por probarlo.
Dicho esto, siento que mi amor fue torcido, doblado y traicionado. Este es uno de esos juegos que probás por un minuto en el árcade, y lo lamentás el resto de tu vida. ¿Por qué? Básicamente porque requiere de una precisión quirúrgica, y no permite la más mínima equivocación al jugador; logrando que solo aquellos elegidos vean más allá del segundo nivel. Con algo de práctica -y me refiero a MUCHA- se le puede llegar a enseñar quien manda, pero ¿se imaginan llegar a ese punto en el que realmente uno quiere demostrarle al juego que es el quien está equivocado? Es una motivadora meta, si, pero, sobre todo, un muy patético gesto por parte de quien juega.
El juego está basado -casi milimétricamente- en la primer película de la saga: Go, Hugo, Go!, por lo que muchos de los eventos presentes en el mismo le serán realmente familiares a los aficionados a esa obra cinematográfica (más yo aún no la vi, por lo que aquí sucede me es bastante nuevo). Pero además de aquello, cabría destacar que el mismo ideólogo detrás del concepto de Hugo fue uno de los principales responsables de este título... y eso ya no hay quien lo entienda, porque aunque hay muchísimas compañías ahí afuera dedicadas a «destruir» obras maestras con el fin de convertirlas en videojuegos, aquí es el propio autor quien se encarga de lastimar brutalmente a su obra. Y esto lo digo únicamente porque ya he mencionado que el programa es despiadado con su usuario, así que sinceramente no me imagino como algún chico danés (el juego solo se vendió allí) que aún no estuviera familiarizado con el personaje quisiera tener algo que ver con él luego de la experiencia -aunque siendo realista, es poco probable que alguien comprara el juego antes de ver el cartoon o las películas-.
El gameplay es de los más extraños que he visto, ya que los controles son pocos pero cumplen con muchas funciones. El «skin» de movimiento podría fácilmente ser portado en cualquier consola, ya que nuestro personaje solo puede moverse, correr y saltar -en clara inspiración del clásico Super Mario y muchos otros platformers de la era de los ocho bits-, más aquí no funciona tan bien, porque el mismo control tiene un frustrante delay de unos pocos mini-segundos, y aveces hasta se «traba» por una milésima a la hora de combinar los mandos para lograr un salto con carrera. Además de aquello, es ridículamente enojoso entender lo que hay que hacer en algunos de los mundos, por la sencilla razón de que se nos hace interactuar con objetos que se encuentran casi en el fondo de la imagen, y llegar a ellos requiere de «torcer» tu entendimiento de la perspectiva. Es complicado de entender así escrito, pero ni un poco más sencillo en acción.
Otro gran problema que tengo es que el personaje muere al primer impacto o caída -si, exactamente como ocurre en otros juegos que emplean la misma fórmula (como el infame Dragon´s Lair)-. Y aunque existen checkpoints a lo largo del camino, estos actúan totalmente al azar. Morí un total de siete veces en una parte del nivel -teniendo que comenzar desde el principio cada vez-, pero a la octava el juego me colocó inmediatamente en el mismo punto donde perecí... es un alivio, pero ¿por qué tardaste tanto?... oooooh, te estás apiadando de mi. Bueno, FY.
Con todo, algo que tengo que decir es que, una vez superado el factor frustrante, el juego se vuelve realmente estimulante. No son pocos los títulos que te brindan de una sensación de logro al pasar partes extremadamente difíciles, pero este podría ser de hecho el rey de todos ellos. Cuando uno empieza a notar un avance, y a vencer partes que antes le costaban, es cuando comienza a apreciar todo el esfuerzo que tuvo que realizar para siquiera poder ver nuevos escenarios... y déjenme decirles que la carga de adrenalina que le invade a uno cuando esto ocurre es suficiente como para querer irse a correr una maratón. Por supuesto que esto no excusa al juego de su increíble maldad, pero realmente la apacigua un poco.
Y ya para terminar con los aspectos negativos, deberé comentar que el juego hace un terrible abuso de los llamados «saltos de fe». Existen incontables situaciones en las que nuestro destino dependerá de aterrizar en la única parte del escenario que no conduce a una muerte segura (y que naturalmente no podemos ver). Pero ya aquello es un hablar bastante común en el género, por lo que no me lo tomaré como un «fallo» propiamente dicho.
Pasemos ahora a comentar las aristas netamente positivas que esta obra de Sweatbox Animation muestra (porque las tiene, y debo reconocérselas).
El primero de todos es bastante obvio en retrospectiva, y es que muy a pesar de que me frustró como pocos, y de que tengo la frente roja de tantos facepalms, el juego hizo un magnífico trabajo mantiendome adentro. En no pocas ocasiones quise renunciar, pero casi siempre se resolvió el asunto con simplemente alejarme del teclado por un rato, e irme a trabajar en otra cosa, o quizá simplemente mirar un vídeo de YT acompañado por un aromático café. Es un titulo complicado, pero ningún momento se pone en un modo en que sea terriblemente injusto, y uno en el fondo sabe que la práctica hará al maestro... que un juego tan cruel te haga querer seguir volviendo por más quiere decir que sos un masoquista está realmente bien hecho.
Además de aquello toca mencionar que este título es gráficamente hermoso. No solo su mundo es muy colorido y está lleno de vida, sino que además la atención al detalle es exquisita. Las animaciones de los personajes están cuidadas hasta las últimas consecuencias, y por ello es que puede deleitarse uno con bellísimas tomas de los «flequillos» y colas de Hugo y Rita (que se mueven independientemente del resto de sus cuerpos por efecto del viento), de las varias frames de ataque que tiene la serpiente del nivel 1, de las «monerías» (y nunca mejor dicho) que realizan Zig y Zag, o de todo el nutrido accionar con el que está equipado nuestro héroe.
Ningún nivel se parece al anterior, y todos brillan por lo alto con detalles que los grafistas pusieron ahí solo porque podían: he visto carteles de neón adornado los escenarios incluso aunque era obvio que ningún jugador se hubiese molestado en leerlos. También hay parafernalia de distinto tipo en las casas de los humanos que visitaremos durante la travesía (y dos de ellos estaban incluso mirando la televisión!). E incluso hay partes que deciden ser simplemente geniales en su anonimato y deslizar mensajes que solo los jugadores más rápidos podrán leer. El conjunto es explosivo como pocos, y convierte al juego en una golosina visual como dos no ha habido.
La música es otro asunto peculiar: al principio se oye como una especie de genérico -y bastante poco inspirado, además- rejunte de melodías de jungla, pero luego, cuando el juego comienza a hacer un seguimiento más profundo de la película que lo inspira, estas súbitamente cambian por unas excelentes composiciones MIDI tomadas directo del mismo largometraje. He estado escuchando el soundtrack de la saga mientras escribo esto (para poner el ambiente oportuno) y tengo que decir que muchas de estas composiciones están excelentemente logradas (y si me apuran, podría decirles que la re-edición de The Skateboard Song es la mejor de todas ellas. Simplemente genial).
Y ahora, en un asunto que me quedó a medio cocinar (no me decido si es bueno o malo): algunos de los niveles superiores nos juntarán con Rita -la zorra amiga de Hugo-, y ella será algo así como nuestra «compañera IA», pero el problema es que no aporta realmente nada a la aventura, y -para peor- el juego nos hará perder si resulta eliminada -por más que nosotros hayamos pasado correctamente la misión-. Me gusta la idea de que sea incluida por la sencilla razón de que ella tiene que estar ahí, pero por qué el juego te castiga por SUS errores es algo nunca entenderé.
Ahhh, y por cierto: yo hace unas cuantas líneas mencioné al autor del juego, pues bien, hay algo que quisiera aclarar: hasta hace no mucho tiempo Jungle Jack no era Abandonware, así que es gracias a la buena voluntad de este hombre que podemos hoy disfrutar -o torturarnos- con este programa, ya que él ha decidido que apoya su distribución gratuita. Muchas gracias Dan Harder!
En conclusión: Jungle Jack es un juego complicado -aveces demasiado- pero divertido.
El hecho de que requiera un nivel de habilidad tipo «árcade» seguramente alejará a muchos -en un caso muy parecido al de Klonoa: Empire of Dreams, un título apuntado para niños, pero con dificultad bien de adultos- pero los usuarios mas duros encontrarán en su insana dificultad el aliciente perfecto para probarse a si mismos.
El aparato audiovisual está cuidado al detalle, y hasta tiene algo de humor integrado, por lo que es un juego muy atractivo a los sentidos. Con un control más responsivo sería un juego épico realmente.
Recomendado para los jugadores más avezados a las manías propias de las recreativas. Cualquier otro tipo de gamer, proceder bajo su propio riesgo.
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