Plataforma: SEGA Genesis
Género: Acción
Año: 1996
Desarrolladora(s): Tec Toy
Textos: Inglés
Antes que nada: si, si existe una versión del Duke Nukem 3D para Genesis, y no, no es tan buena como la de PC. De hecho, voy a comenzar esto con una pequeña aclaración que sirva de guía para juzgar a este «puerto» de justa manera: Las SNES y SEGA Genesis eran máquinas muy competentes para la época, capaces de incluso lograr maravillas técnicas si se las empleaba de manera correcta (y en algunos apartados, como el de los platformmers, no tenían comparación), pero con todo, la capacidad de mostrar o recrear un motor gráfico con vistas en primera persona, y en tiempo real, escapaba a sus posibilidades. Y es por ello que la famosa versión SNES del DooM, o el juego que nos ocupa ahora, tienen un valor mas bien histórico, ya que desnudan estas falencias de poderío digital sin demasiados miramientos. Aún así, sería injusto no reconocer, por todo lo antes dicho, el mérito que tiene el solo haber podido sacar adelante estas versiones.
Ahora bien, a lo que nos ocupa: Duke Nukem 3D (Genesis) intentó ser lo mas fiel posible a su «hermano mayor» de PC, pero con las ya mencionadas limitaciones de hardware a las que fue sometido, apenas lo consigue. Quiero decir, se han conservado muchos detalles que yo en un principio no me hubiese esperado (la interacción con el escenario, la totalidad de las armas, muchísimos enemigos), pero también se adolece la falta de otros tantos que son parte obligada de la fórmula que hace al nombre... y es por ello que la mayoría de los mapas -dibujados en una cuadrícula- han perdido su aliciente exploratorio. Es mas, esa es precisamente la falla que condena a todo el producto: sus pasajes estilo Wolfenstein 3D consiguen confundir al jugador en su total linealidad, lo cual no tiene ningún sentido, y solo sirven para frustrarlo; existen multitud de puertas que no llevan a nada, y las salidas «obvias» del nivel están representadas sin mucho cuidado, por lo que es mas que probable pasar olímpicamente de ellas, hasta incluso hacer uso del clásico «tacto» contra prácticamente cada pixel del mapa hasta que alguno reaccione. El diseño de los escenarios simplemente arruina la experiencia.
Los enemigos, por otro lado, son muy muy eficientes, al punto que hacen de este, uno de los árcades mas difíciles que he probado. No hay nivel en el que no haya tenido que esforzarme con verdaderas ganas para sobrevivir, e incluso en su limitado número de apariciones (para no atragantar a la pobre Genesis, supongo) estos antagonistas pueden deshacer al jugador en cuestión de segundos (quizá medio minuto, si se cuenta con armadura). Además de todo ello, fueron emplazados con la función de emboscar al jugador, por lo que es hablar común de este juego el encontrarles tras esquinas, justo detrás de alguna puerta, o incluso al inicio mismo del nivel. Quizá la única «falla» que pueda achacarseles es que justamente que sean demasiado poderosos, y por ello hacen de pasar cada nivel una odisea comparable a las del Army Men World War: Land, Sea, Air.
Desgraciadamente la jugabilidad no está a la altura: Duke se mueve con la desesperante lentitud de un tanque, y sin hacer el daño propio de estos vehículos acorazados. Existe un pequeño delay en los controles que suele ser nefasto en los niveles mas avanzados, ya que en el tiempo que le toma al personaje girar sobre si mismo, los enemigos se han hecho ya un festín sobre sus calcinados restos. Sumado a todo aquello, los consabidos rivales cuentan con una velocidad propia irregular, lo que hace puedan salvar grandes distancias en un tiempo desgarradoramente corto. Con todo, hay todavía un último detalle que limpiar del camino antes de proseguir.
El juego le saca total provecho al joystick de seis botones que tenía el sistema donde arranca; y es por ello que contamos con variadas funciones (como el mini-mapa), pero existe un «pifio» tan monumental en su concepción que me hace perder cualquier fanatismo por la idea de su complejidad: el botón start no tiene utilidad alguna en el juego mismo pero, incluso así, se debe pausar la acción recurriendo a diferentes combinaciones de teclas (muy poco intuitivas, la verdad). Y yo esto no lo entiendo.
Por lo demás, yo ya he dicho que todas las armas hacen su aparición en el juego, pero con el bonito agregado de que sus sprites y animaciones están bellamente replicadas, por lo que ponen la atmósfera correcta. De hecho, todo el material que no le es propio está cuidado al detalle ahora que lo pienso. Eso es realmente loable.
Pasemos ahora al obligado resumen técnico.
Los gráficos están dibujados tal cual la SEGA Genesis puede, por lo que por obvias razones no es capaz de equipararse a la versión original del titulo... pero aún así están representados con bastante calidad. Se ha hecho, no obstante, re-empleo de una vieja técnica consolera para aumentar los FPS a los que el juego puede correr; y es por ello que el área de la pantalla propiamente designada para jugar ocupa quizá el 60% de la totalidad (siendo el resto tomada por una pintura decorativa que parece mas propia del DooM). No está mal, y era un paso obligado para poder portar al juego con éxito, pero la verdad que no ser capaz de jugar en fullscreen se me antoja bastante gris.
La música es extrañamente agradable en su monotonía... se trata de una selección cuasi monofónica sin mayores acordes que, sin embargo, cumple buenamente su objetivo de meternos esa odiosa sensación de vida o muerte que deberíamos sentir. Cada escenario cuenta con su propia melodía, y siguen todas por la misma línea. Por extraño que parezca, me han gustado.
Los efectos de sonido están calcados directo del juego original, y cumplen igual que la música... pero en adición a aquello, la voz de Duke también se hace presente (y de buena forma además). Ambos componentes sonoros están sorprendentemente bien realizados -detalle ese que no me esperaba-, y en general uno disfruta oyéndoles.
En conclusión: No voy a tirarle flores al juego porque dudo que las merezca, pero la verdad que es muy posible pasar un buen rato con el -una vez dominadas sus mecánicas-, por lo que recomiendo al menos darle una probada si presenta la oportunidad (y por supuesto, adquirir el cartucho si se lo encuentra, ya que tiene un gran valor de curiosidad).
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