Plataforma: ZX Spectrum
Género:Acción
Año: 1987
Desarrolladora(s): Ocean Software
Textos: Inglés
La británica "Ocean Software" era una compañía de mucha importancia en el
campo de los juegos británicos de computadora. También eran el LJN de los jue-
gos británicos de computadora, porque casi todos los juegos basados en pelícu-
las importantes los hicieron ellos. Saco la conclusión de que los gustos del
retro-jugador británico son muy distintos a los del americano, porque tales
como "Robocop" o "Batman" son admirados muchos años después a pesar de poseer
una dificultad elevadísima y a menudo artificial (Robocop no podía saltar, de
manera que los enemigos le disparaban agachados y no podías hacer nada para
evadirlos). Sin embargo, este "Cobra", basado en la película de Sylvester
Stallone, resulta ser muy jugable bajo los estándares de este lado del Atlán-
tico, y por eso puedo recomendarlo más (el Batman de Amiga compensa con un buen
apartado audiovisual, pero eso es aparte).
Lo primero es lo primero y sin engañarnos: la película es mala, muy mala. Yo la
alquilé un día pensando que me iba a gustar por ser de tiros y explosiones sin
pretensión alguna y resultó no tener el menor carisma, cualidad que había hecho
que me gustaran Rambo II y III. Momentos dedicados a establecer cuán rudo es el
personaje de Stallone resultan forzados (como que guarda picante en un cartón
de huevos y come pizza con guantes de cuero puestos) y el villano, un tal "Ase-
sino Nocturno", no tiene motivación aparte de "soy muy malo". Pero no en vano
una ley escrita por el Angry Video Game Nerd dice que las películas no tan bue-
nas dan lugar a videojuegos no tan malos; el fallecido Jonathan Smith, que pro-
gramó el juego, tampoco era admirador de la película y por lo tanto decidió
divertirse un poco con la misma.
El juego es un arcade simple con vista "de lado" que recuerda al Rush n' Attack
o al Bad Dudes. Controlas a Marion Cobretti, alias "Cobra" (Stallone), a quien
debes ayudar a eliminar a un número de enemigos (la computadora lo elige al
azar) y a recoger cuatro armas: una píldora de invencibilidad, un puñal (que
sólo se puede lanzar en un arco hacia arriba, como si fueran las piedras del
Friday the 13th), una pistola y una ametralladora con mira láser (famosa por la
película). Por ahí se encuentra la supermodelo Ingrid Knutsen, que fue testigo
del crimen más reciente del Asesino Nocturno y, por lo tanto, elegida como su
nueva víctima para silenciarla. Puedes protegerla para sobrevivir a un golpe
(los enemigos normalmente te matan de uno solo). Las armas cumplen esta misma
función. Los enemigos son numerosos y despiadados, y cuesta mucho trabajo es-
quivar todos sus ataques. Esto y los controles, un poco incómodos, elevan la
dificultad considerablemente. El caso de los controles es especialmente notable
debido a que, sin ser de plataformas propiamente dicho, el juego sí te exige e-
jecutar una serie de saltos para alcanzar las armas o para evitar los cuchillos
enemigos. Pero nunca es imposible acceder al siguiente nivel (sólo hay tres),
aunque sea por suerte, y la acción es muy frenética. Los niveles van en círcu-
los; al alcanzar el final regresarás al principio.
¿Cómo es que Smith se "divirtió" con la película? Pues porque le añadió un
montón de humor absurdo al juego que parece burlarse del cine de acción norte-
americano. Entre los enemigos hay señoras de falda larga con bazookas y coche-
citos de bebé que te dejan aturdido por unos segundos. Las vidas son represen-
tadas por guantes de boxeo (¡Adriaaaaaaaaannnn!), y el tiempo que te queda para
utilizar cada arma, por un patito de goma que se desintegra (quizás porque el
libro en el que se basa la película se llama "A Running Duck"). Al morir apare-
ce "Game Under" y la lista de puntajes más altos se llama "La morgue". Cuando
no llevas un arma, te defiendes a cabezazos, y las armas se encuentran dentro
de hamburguesas. Incluso al configurar el teclado, no te piden la tecla de dis-
paro, sino la de "asesinato".
Los gráficos están dibujados sólo en ocho colores, pero los personajes son
grandes y bien animados. Nunca hay duda de qué pretenden representar los
sprites. El sonido es un chiptune que puede resultar estridente para algunos
(recomiendo jugarlo con volumen bajo).
campo de los juegos británicos de computadora. También eran el LJN de los jue-
gos británicos de computadora, porque casi todos los juegos basados en pelícu-
las importantes los hicieron ellos. Saco la conclusión de que los gustos del
retro-jugador británico son muy distintos a los del americano, porque tales
como "Robocop" o "Batman" son admirados muchos años después a pesar de poseer
una dificultad elevadísima y a menudo artificial (Robocop no podía saltar, de
manera que los enemigos le disparaban agachados y no podías hacer nada para
evadirlos). Sin embargo, este "Cobra", basado en la película de Sylvester
Stallone, resulta ser muy jugable bajo los estándares de este lado del Atlán-
tico, y por eso puedo recomendarlo más (el Batman de Amiga compensa con un buen
apartado audiovisual, pero eso es aparte).
Lo primero es lo primero y sin engañarnos: la película es mala, muy mala. Yo la
alquilé un día pensando que me iba a gustar por ser de tiros y explosiones sin
pretensión alguna y resultó no tener el menor carisma, cualidad que había hecho
que me gustaran Rambo II y III. Momentos dedicados a establecer cuán rudo es el
personaje de Stallone resultan forzados (como que guarda picante en un cartón
de huevos y come pizza con guantes de cuero puestos) y el villano, un tal "Ase-
sino Nocturno", no tiene motivación aparte de "soy muy malo". Pero no en vano
una ley escrita por el Angry Video Game Nerd dice que las películas no tan bue-
nas dan lugar a videojuegos no tan malos; el fallecido Jonathan Smith, que pro-
gramó el juego, tampoco era admirador de la película y por lo tanto decidió
divertirse un poco con la misma.
El juego es un arcade simple con vista "de lado" que recuerda al Rush n' Attack
o al Bad Dudes. Controlas a Marion Cobretti, alias "Cobra" (Stallone), a quien
debes ayudar a eliminar a un número de enemigos (la computadora lo elige al
azar) y a recoger cuatro armas: una píldora de invencibilidad, un puñal (que
sólo se puede lanzar en un arco hacia arriba, como si fueran las piedras del
Friday the 13th), una pistola y una ametralladora con mira láser (famosa por la
película). Por ahí se encuentra la supermodelo Ingrid Knutsen, que fue testigo
del crimen más reciente del Asesino Nocturno y, por lo tanto, elegida como su
nueva víctima para silenciarla. Puedes protegerla para sobrevivir a un golpe
(los enemigos normalmente te matan de uno solo). Las armas cumplen esta misma
función. Los enemigos son numerosos y despiadados, y cuesta mucho trabajo es-
quivar todos sus ataques. Esto y los controles, un poco incómodos, elevan la
dificultad considerablemente. El caso de los controles es especialmente notable
debido a que, sin ser de plataformas propiamente dicho, el juego sí te exige e-
jecutar una serie de saltos para alcanzar las armas o para evitar los cuchillos
enemigos. Pero nunca es imposible acceder al siguiente nivel (sólo hay tres),
aunque sea por suerte, y la acción es muy frenética. Los niveles van en círcu-
los; al alcanzar el final regresarás al principio.
¿Cómo es que Smith se "divirtió" con la película? Pues porque le añadió un
montón de humor absurdo al juego que parece burlarse del cine de acción norte-
americano. Entre los enemigos hay señoras de falda larga con bazookas y coche-
citos de bebé que te dejan aturdido por unos segundos. Las vidas son represen-
tadas por guantes de boxeo (¡Adriaaaaaaaaannnn!), y el tiempo que te queda para
utilizar cada arma, por un patito de goma que se desintegra (quizás porque el
libro en el que se basa la película se llama "A Running Duck"). Al morir apare-
ce "Game Under" y la lista de puntajes más altos se llama "La morgue". Cuando
no llevas un arma, te defiendes a cabezazos, y las armas se encuentran dentro
de hamburguesas. Incluso al configurar el teclado, no te piden la tecla de dis-
paro, sino la de "asesinato".
Los gráficos están dibujados sólo en ocho colores, pero los personajes son
grandes y bien animados. Nunca hay duda de qué pretenden representar los
sprites. El sonido es un chiptune que puede resultar estridente para algunos
(recomiendo jugarlo con volumen bajo).
En conclusión: Buen juego de acción, pero un poco incómodo de controlar y muy
difícil. Recomendable pese a todo.
Buen juego, pero como decís; muy difícil.
ResponderBorrarA Ocean le encantaba versionar películas y series en 8 bits, y tuvo suerte dispar. Muy bien con Robocop, muy bien con The Untouchables, impecable con Rambo III. Mal con Knight Rider.
Este Cobra está bueno, me hubiera gustado una versión MSX.
Rodrigo "KissAholic"
Este Cobra