martes, 2 de septiembre de 2014

Lethal Enforcers (1993, Génesis)


Plataforma: SEGA Génesis
Género: Disparos
Año: 1993
Desarrolladora(s): Konami
Textos: Inglés




Ok, Lethal Enforcers es una de mis sagas favoritas de todos los tiempos (y se encuentra un tanto infravalorada, en mi opinión). Konami trabajó con ella mientras SEGA tuvo consolas en donde pudiera publicarla, aunque luego también se expandió la franquicia a la SNES de Nintendo, e incluso a la Playstation de Sony. Hubo además algunos árcades dedicados a este título.

Ahora mismo estoy jugando al primero que llegó a consolas, publicado para la Génesis de SEGA -aunque el juego en si apareció un año antes en árcades-... recuerdo ser un gran fanático del segundo (ambientado en el Lejano Oeste), llegando incluso a rentarlo cada fin de semana habido y por haber -eso hasta que descubrí que era realmente más barato comprarlo-, pero nunca había probado este antes, así que veamos que tal resulta.

Hay algo bastante desconcertante con esta title-screen, pero no puedo entender bien que es. Parece una imagen JPEG pegada directamente en el software del juego, en la época donde los editores gráficos no podían producir cosas de calidad. Viniendo de la genialidad visual presentada en el ACME All Stars (producido por la misma compañía), esto resulta desmotivador.


Ahora, esto es genial. Hay voces, música, y efectos de sonido durante toda la secuencia. No se escuchan nada mal tampoco. Todo lo que hizo la pantalla anterior por sacarme de onda, esta lo demuele, y estoy nuevamente al 100% para jugar.


Acabamos de comenzar la escabechina. Mi amigo del alma -y por alguna razón, también mi jefe- decidió que era absolutamente necesario dar el alto con un arma pequeña en medio de un edificio que ya sabemos copado de enemigos al acecho. Está en mi línea de fuego también, y yo tengo un rifle automático.


Perdí mi avanzada arma con el primer enemigo (solo dura el armamento hasta que somos impactados), y sufrí mi primer daño con el segundo... mientras el otro maldito de la screen anterior lleva minutos fuera de escena, en la seguridad. Sabía que debía haberle disparado.


Perdí toda una vida -definitivamente me falta práctica, ahora mi precioso contador de continues descendió a tres-, pero al menos limpié la primera habitación. El juego se maneja como un shooter sobre rieles, en el cual solo se avanza por medio de lucha. No hay caminos alternos ni atajos.


Bueno... además de pericia, estoy echando en falta un poco de mesura con el gatillo. Ese al que estoy a punto de transformarle la cien en coladera es un civil; si le pego, me quitan un poco de mi preciada energía! Los transeúntes en este juego no tienen mejor idea que pasearse en medio del fuego cruzado gritando. Sino termino respondiendo ante un juez por una docena de bajas inocentes, sé que habrá sido de milagro.


¡Estoy afuera! Esta vez yo tengo la ventaja táctica, ya que no tienen los enemigos más que unos pocos lugares desde donde dispararme, así que ya no estoy tan a su merced como dentro del banco. Debo destacar que los estúpidos empleados también salieron para acá, ¡y se siguen paseando igual que adentro, en completo griterío! ¿No saben acaso que el ojo humano es sensible al movimiento, y que si siguen apareciendo de la nada los voy a aniquilar? Parecen lemmings.


Mi habilidad como asesino me valió un power-up. Los enemigos suelen, en ocasiones, dejar el arma que estaban ocupando tirada en el escenario. Para obtenerla tengo que dispararle (como no podía ser de otra manera)... aún así ya se por mi anterior experiencia que la perderé al primer daño que reciba, pero si afino mis reflejos debería poder sacarle algo de provecho.

Por cierto, esta nueva arma quema munición mucho más rápido que la otra. Cuando me quedo sin balas, una voz me grita que «RELOAD!» y yo tengo que proceder a hacerlo sin perdida de tiempo; consigo esto al presionar el botón C, por lo que es aquí el sistema mucho mejor que en el Crimen Patrol 2: Drug Wars de PC, en donde debía bajar con el mouse hasta mi cargador para rellenarlo.

Mi personaje es una armería en esto, siempre tengo rondas disponibles para cualquier arma que esté cargando, y nunca se acaban.


Quizá mi revolver no sea demasiada pieza para su ametralladora, pero a esta distancia tengo las de ganar (además, él se materializó con su frente justo donde había quedado mi puntero).


Pero a su hermano gemelo no le hizo ninguna gracia aquello, y me la puso a quemarropa. Tendré mi venganza, pero perdí nuevamente mi arma.


Nuevo nivel! los asaltantes se escaparon en el coche de la escena anterior -de alguna manera-, y ahora me toca detenerlos mientras intercambiamos plomo en medio de la calle. Rápidamente conseguí una nueva arma, pero no tengo esperanzas de que dure en esta bamboleante persecución. Los coches se mueven por todo el lugar, no solo de atrás hacía adelante, pero también de arriba hacia abajo. Puedo dispararle a las ruedas, pero eso no ayuda.


Los rodados están llenos de gente. Toman turnos para disparar, así que realmente no tengo un rato demasiado duro poniéndoles en su lugar, pero a la cámara le gusta hacerme creer que ya limpié un coche, y justo cuando puse mi atención en el siguiente, y el primero quedó casi totalmente fuera de pantalla, me como un tiro en la retaguardia (al que tampoco puedo responder). Grrr.


El auto rojo no fue un problema, pero la moto apareció rugiendo de la nada y me ajustició certeramente. El problema es que yo aún tenía mi mira puesta en la ventana del deportivo, así que no hubo simplemente tiempo para reaccionar. Tercera vida que pierdo, una más y será todo.


Fuck! Lethal Enforcers ha hecho una tradición el poner a un tipo grande con explosivos como jefe final (y siempre encuentra la forma de justificarlo de acuerdo a la era en la que el juego toma lugar, ya que por ejemplo, en la mencionada edición vaquera, el tipo disparaba bolas de cañón). En modo dos jugadores este boss sería pan comido -ya que podría pedirle a un amigo que le dispare, mientras yo desvío sus armas-, pero aquí solo puedo concentrarme en un objetivo a la vez, y tengo que pensar rápido si quiero enfocarme en destruir sus bombas o a él. Estar en mi última vida tampoco ayuda.


Tomando una cantidad inadmisible de daño, fui capaz de ponerlo fuera de combate (estaba a dos tiros de perder). Pero parece que la faena me valió un ascenso! ¿Acerté el 61% de los tiros? Yo sinceramente pensé que habían sido muchos menos mis disparos al blanco.


Bonus! A Konami le encanta tirar estas cosas en los momentos menos convenientes. Ya soy lo suficientemente malo disparando cuando cuenta, gracias.


En el siguiente nivel me enfrento a... supongo que la Mafia China.

Y miren quien volvió por más! Sacar la cabeza por encima del coche desde el cual te estás refugiando vuelve un tanto inútil a el ejercicio en mi opinión, pero bueno.


De alguna manera conseguí una escopeta. Esta cosa hace un ruido serio, y por una vez tapa los molestos gritos burlescos de mis enemigos de este nivel, que se la pasan cantando cosas como «You can´t shoot me!» más veces de las que conviene (especialmente cuando el decimoséptimo que lo intenta se enfrenta a la suerte de todos los anteriores).

Tengo que comentar que el juego tiene muy buena música y efectos de sonido hasta ahora. Lástima que las gráficas con actores digitalizados no están a la altura del conjunto... la reducción de color que tuvieron que sufrir para mostrarse aquí es notable.


Sabía que era cuestión de tiempo, para el final del nivel habré manchado terriblemente mi historial (y la acera).


Estos dos trajeron cuchillos a una guerra. Me burlaría, pero uno de ellos me la puso, y ahora estoy en mi último continue.


Ese es un vagabundo, apestoso pero inocente. Lo fusilé un nano-segundo luego de tomar esta captura. Soy básicamente un asesino serial a esta altura.


Eliminé a su par idéntico al otro lado del tren, pero cuando quise reaccionar ya era demasiado tarde. GAME OVER.


Bueno, solo me queda firmar al juego con mi excelsa presencia, para que ni nombre quede junto al de otros ilustres como el betatester, y el que lo programó. Estoy limitado a tres letras, pero ese no es problema.



En conclusión: Lethal Enforcers es un juego inmensamente divertido, que hace de la engorrosa tarea de disparar con el D-Pad algo realmente disfrutable. Puede volverse molesto a ratos, pero nada que te quiera hacer apagarlo. Recomendado!

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