lunes, 25 de agosto de 2014

The Legends of Treasure Island (1993, ITV)


País de origen: Inglaterra
Género: Acción/Comedia
Año: 1993
Cadena: ITV PLC
Audio: Inglés
Vista en: The Big Channel
Duración: 23 minutos
Re-lanzamiento: VHS/DVD
Temporadas/Episodios: 2 / 26
¿Con final?: SI



Sinceramente, revisar juegos ya no me parece tan divertido como antes. Tras ciento-veinti-pico de ediciones la cosa se torna -predecible e irremediablemente- monótona, al punto que ni los sinónimos de mis sinónimos producen ya el efecto deseado (además de que me pagaron succcckeeers :P). Desgraciadamente para mi, no puedo pasar un solo día sin abrir el procesador de textos, así que tengo que «descargarme» de alguna otra forma... y entonces ocurrió: me di cuenta de que yo AMO los cartoons, y que hay muchos de ellos que solía mirar de chico, pero de los cuales el mundo parece no tener ni idea. Y así fui consciente de que me traería la misma satisfacción dar estos a conocer, que hacerlo con algún obscuro título de PC.

Este es el «episodio piloto» thought, y no sé si habrá mas (aunque esa fue la misma denominación que tuvieron, en su momento, las reviews). Como sea, espero que lo disfruten.
The Legend of Treasure Island es una de las primeras caricaturas que tengo el recuerdo de haber visto. La misma se rodó entre 1993 y 1995, por lo que -suponiendo que haya llegado a América en paralelo-, debería haberla mirado a mis tiernos tres años, convirtiéndola en la mas antigua que aún continuo espectando. Y si, eso implica que tiene la calidad suficiente para no aburrirme tras casi dos décadas. Aquello no es casualidad, ya que si bien pocas personas parecen recordarla, esta animación está siempre sujeta a críticas muy positivas... lo cual solo aumenta la cuestión: ¿por qué yace olvidada?. Una rápida búsqueda en Google Imágenes despejó mis dudas... encontré un ínfimo número de capturas de pantalla, poquísimos dibujos FAN-Art, y algún esporádico comentario en la red. Mucho mas tarde descubrí -previa visita a la acorde wikipedia- que la producción sufrió un trato bastante injusto a la hora de ser re-lanzada en formato casero; sacando un único volumen en su país de origen, en formato VHS, y con tres de los cuatro primeros episodios... en desorden. En Australia y los Estados Unidos, en cambio, la tirada se hizo en DVD, con las serie completa y en varios packs... pero nuevamente, estos se hicieron en edición limitada, haciendo que los compradores ocasionales no estuvieran al tanto del conjunto, y este se agotase rápido. Por lo que esta serie pasa inadvertida ante las nuevas generaciones por una simple carencia de disponibilidad (de hecho, los pocos capítulos que pude encontrar, estaban grabados directo desde la TV, en calidad de cassete).
Como algunos de ustedes ya se imaginarán, el título no fue escogido de manera azarosa, sino que la serie misma es una adaptación del magnifico libro homónimo escrito por el maestro Robert Louis Stevenson. Aún así, los guionistas de esta caricatura decidieron actuar básicamente por su cuenta, respetando algunos personajes y el hilo argumental del mencionado manuscrito, pero compilando a su vez, las distintas ideas que fuesen teniendo, para dar forma al mundo que intentaron representar. El resultado de todo ello se siente, en conjunto, un tanto descafeinado, ya que por un lado, la originalidad fue premisa en esta producción, liberando a sus responsables de cualquier «atadura» provocada por seguir el texto con demasiada profundidad, pero por otro... es eso mismo lo que le termina jugando en contra, porque se basa de manera tan superficial en la obra que lo inspira, que resulta todo un tanto contradictorio. Algo así como mirar la serie de The Walking Dead, luego de leer el cómic.

Algunas de estas limitaciones fueron incluso obligatorias, ya que se trataba -a fin de cuentas- de una caricatura de corte infantil, y por tanto, debía seguir esos lineamientos. La famosa doble moralidad del Capitán Silver -por citar un ejemplo-, queda aquí reducida a un par de apariciones, orientando al personaje a un rol netamente antagónico, en favor de un maniqueísmo más clásico que se adaptara mejor a lo que los niños esperasen ver. De hecho, me voy a desviar un poco del tema para resaltar algo importante: en aquella época se desarrollaron en Europa y los Estados Unidos (sobretodo en tierras del Tío Sam) numerosos grupos de padres y profesores que se dedicaban a observar maratónicamente todas las series que pasaban por televisión, para decidir en conjunto si eran buenas para sus hijos... ¿funcionaba aquello?, pues bien... la idea, -aunque bien intencionada-, demostró tener en la práctica un valor mas bien dudoso, ya que estas personas tenían un poder real (o al menos eso es lo que se dice), porque varios pudieron influir sobre caricaturas que estaban «al salir» en sus zonas... ¿el problema con esto?, bien... mas allá de todo, pintaron estas series de rosa, al punto que la mayoría de los personajes que las protagonizaban quedaron mas planos que una mesa de billar, y los problemas que debían de afrontar perdieron toda complejidad... para ilustrarme: ¿han visto ustedes la famosa serie de 1983, Dungeons and Dragons?, (copioso esfuerzo de producción entre Marvel y Toei Animation que fue brevemente televisado por estos lares de la mano de Magic Kids). Bien, el personaje mas realista de aquella genial saga, Eric el Caballero, fue brutalmente criticado por uno de esos «grupos sensores», alegando que la humana naturaleza del personaje (negándose a participar en acciones peligrosas, quejándose de cansancio y hambre, y fundamentalmente llevándole la contra al grupo con asimétricas opiniones) daba un pésimo ejemplo a los televidentes. Mark Evanier, (el productor de la serie) dijo que textualmente le pidieron que el dibujo reflejase que «Es el grupo quien siempre tiene la razón, no el individuo».

Pero volviendo al tema, no solo se dejó bien en claro que Silver era «lo peor del barrio» (y que, como está implícito) no cambiaría, sino que se le sumó al «elenco» un personaje femenino, que equilibrara las cosas. Aquello era práctica común en esos tiempos, pero lo curioso es que pese a todo lo expresado anteriormente, Jane -que fue el nombre dado a la protagonista fémina- resulta sorprendentemente compleja, al punto de tener una obscura historia detrás (y siendo la única en todo el programa que tiene una), y de obrar con marcada frialdad. De manera un tanto paradójica, en esta adaptación llena de animales antropomórficos, el diseño que se le dió es el de un zorro, con lo cual ya todo tiene bastante sentido.

En cuanto al argumento... este empieza de manera bastante sólida en cuanto a fidelidad a los escritos de Stevenson se refiere, pero conforme la historia avanza, este se va «deshilachando», al punto que termina formando su propia realidad paralela tras solo un par de episodios. Todo comienza en el familiar escenario de la posada «Almirante Benbow», donde el padre de Jim (remplazando a Billy Bones, porque insisto, un viejo pirata muriendo de apoplejía simplemente no hubiera pasado a los censores... nisiquiera a los profesionales) se encuentra relatando la historia del tesoro del difunto Capitán Flint. La mayoría de los presentes lo escuchan con un dejo de aburrimiento, mientras que otros siguen atentamente sus palabras... entre los espectadores destaca inmediatamente la hastiada presencia del ciego pirata Pew quien da en todo momento la espalda al relato, sin ocultar su disgusto por medio de expresiones y ademanes. No obstante, es la misma rata quien regresa tiempo mas tarde a dejarle un ultimátum al orador para que entregue el supuesto mapa que posee sin oponer resistencia. La noticia impacta de tal manera al viejo Hawkins que este se debilita hasta desfallecer, al tiempo que su deceso coincide con un ataque pirata comandado por el propio Pew. Momentos antes de que todo acabe -de una forma u otra- para el, instruye a Jim que huya con el mapa, acompañado del capitán Smollett, un cercano amigo suyo.

Momentos después, el dúo llega a la residencia del acaudalado Trelawney, donde también está otro conocido del grupo, el afable doctor Livesey. Convenciendo Livesey y Smollett a Trelawney (deliciosamente doblado por el gran Hugh Laurie) el ahora cuarteto decide partir con las primeras luces del alba al puerto, a alquilar una galera. Ya abordo, durante una reunión en la sala del mapa, los cuatro protagonistas intentan darle sentido a los enigmáticos escritos de Flint, cuando el buque es abordado por un grupo de piratas a las ordenes del temible Long John Silver (subvencionado por Pew). Con el elemento sorpresa de su lado, el corsario pelotón consigue reducir a la tripulación, amarrando a Jim, Livesey, Trelawney, y Smollett en la bodega, a la espera de su ejecución en la plancha. Justo en el momento en que están por caer a las frías aguas, se desata una poderosa tormenta marina, que distrae a los filibusteros (obligados, ahora, a tomar medidas para evitar la zozobra de la nave)... no obstante, el grupo -mas Jane- deciden saltar al agua, al comprobar Jim que esa era una de las instrucciones disfrazadas en el anverso del plano. A partir de ese momento, ni bien tocan tierra en la Isla del Tesoro, las semejanzas entre libro y cartoon van progresivamente desvaneciéndose hasta desaparecer; mientras la historia va centrándose cada vez mas en Jim, Silver y Jane (en desmedro de los otros personajes).

Aunque yo no llamaría «obras maestras» a los distintos episodios que conforman esta serie, hay varios pasajes dentro de la misma que rozan fuertemente esa definición. Capítulos como «The Watch Tower», «The Cave of Babel», o «The Fountain of Truth» están brillantemente narrados, al punto que parecieran durar segundos, mientras que otros como «Silver in the Island´s Underworld» destacan por su originalidad, ya que ver a un personaje en el infierno (y temeroso de ello, con todo y remordimiento) no es precisamente hablar común en los dibujos animados -nisiquiera en los descarrillados de hoy en día-. Y la continuación de este -Silver´s Bond- me recordó de golpe por qué amo esta serie, solo con leer su argumento (que lo siento, no explayaré aquí).

Hablando del aspecto técnico, voy a comentar que la producción sufrió un daikatenzco cambio de manos durante toda su existencia: los primeros once episodios fueron dibujados y animados por la empresa especializada «MII», mientras que los dos restantes de esta primera temporada estuvieron a cargo de los estudios Jade Animation. Parece ser -sin embargo- que el director Dino Athanassiou -entendido en la industria por haber animado «Asterix y el regalo del César»- no quedó conforme con estos, y -junto con los productores- decidieron relegar la tarea a una tercera compañía: Fil Cartoons inc. Todos estos cambios lógicamente afectaron el resultado final -y de formas inesperadas además-, pero nunca se perdió la calidad del conjunto: porque mientras que en la primera temporada, los personajes se veían de forma bastante oscura sobre fondos de gran calidad, en la segunda parte de la serie -y ya con otros dibujantes- se les dió mayor protagonismo a estos, provocando que se «vistan» con colores mas vivos, logrando un efecto a todas luces mas coherente. Aún así la técnica de dibujo empleada para plasmar a los personajes en si no varió, consiguiendo un efecto parecido al de las famosas «restauraciones de celuloide»... pero mas allá de eso, tengo que decir que adoro la dirección artística del proyecto, porque se dibujó a los protagonistas sin líneas de contorno, logrando que estos no tengan separación del fondo, y por tanto se sienta que «realmente» estén allí. La animación es fluida y se comporta de manera correcta, sin aquellos tediosos «saltos de cuadro» que tanto han sabido enfermarme, aunque tampoco resalta mas allá de un «trabajo bien hecho», y algunos efectos climáticos me saben realmente a poco. Con todo, cumple sin poder alardear demasiado.

La música -debido en parte a aquel repetido cambio de estudios-, tuvo dos compositores diferentes (uno por temporada). Se dice que es muy buena, pero yo la encontré tremendamente insustancial, tanto que de hecho no puedo recordar ningún pasaje de la intro u el ending sin forzar la memoria.

Las voces son una pequeña maravilla, ya que los productores de la serie (FilmFair) no escatimaron en gastos para contratar a los actores de doblaje que prestaran sus cuerdas bucales al proyecto. Varios intérpretes ingleses de primera línea le dieron vida a los personajes de este memorable cartoon durante la primera temporada (en la segunda se cambió la producción ejecutiva, y con ello, varios contratos). No solo el inefable Hugh Laurie trabajó aquí, sino que también lo hicieron actores y actrices de la talla de Dawn French, Juliet Stevenson, Richard Grant y Robert Powell (entre otros). Los nombres impresionan, y la mayoría de las veces, el trabajo que realizan puede calificarse de «impecable» sin dificultad, pero en marcadas ocasiones, sus sajones acentos «envenenan» los diálogos... con esto me refiero a que todas las conversaciones ocurren en un extraño tono relajado, que hace que incluso personajes supuestamente enojados normalmente no lo parezcan. Es mas, azuzando la memoria puedo recordar una ocasión en que Jim y Silver estuvieron a punto de morir, y mantuvieron la misma tonada que en el resto del episodio ¡sin subirla ni un decibel!. No obstante, aquello es la excepción, y no la regla, por lo que lo el aparato sonoro resulta muy satisfactorio... es mas, resalto la labor de Laurie sobre la de los demás, ya que -por la naturaleza de su personaje- se le escucha de una forma tan exagerada, desganada, y rasposa que es imposible no sonreír ante ello.

Los efectos de sonido me gustaron mas de la media. Existen varios tipos de ellos para representar los duelos de espada, logrando la impresión de que las hojas impactan en diferentes partes en cada ocasión. Además de ello, se manejaron varias clases de «ruidos naturales» para saborizar las interminables marchas por la jungla, el correr del agua -y las ocasionales zambullidas en esta- e incluso un -discreto- fuego. La gente que creó estos sonidos realmente sabía que lo que hacía, y no se conformó con poco.

Si por algún motivo no quedó claro hasta ahora: recomiendo fervientemente esta serie. Realmente vale tu tiempo.


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